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[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “CSM, tan duro con Urresti y tan blando con el “Capitán Carlos””
“Nunca he sido fan de Daniel Urresti, (...) pero la salvajada que ha cometido con él este Poder Judicial me mueve a protestar...”.
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Nunca he sido fan de Daniel Urresti. Le considero un patán lenguaraz y demagogo que en estos momentos debe estar lamentándose de haberse burlado tanto de los padecimientos y prisiones ajenos, como de haberse hecho de tantos enemigos por todos lados. Pero la salvajada que ha cometido con él este Poder Judicial que padecemos me mueve a protestar y defenderle. ¡Su caso es demasiado débil como para condenarle así! Es más, hasta ya había sido absuelto anteriormente, pero como estamos en un “país” bárbaro donde se anulan indultos y vacancias o se reabren eternamente casos ya cerrados, esta absolución no fue respetada. Y no lo fue porque la caviarada que vive de litigar interminablemente sobre los derechos humanos es la que finalmente manda sobre nuestro atemorizados y/o ideologizados jueces, y por ellos es que se reabrió este caso y Urresti ha sido sentenciado así. ¿Y saben quién presidía la sala que anuló la absolución? Nada menos que esa desgracia para una judicatura imparcial llamada César San Martín (CSM), el mejor amigo de la caviarada en los juzgados.
Si de condenar casos de este tipo así se trata, pues entonces el fiscal Víctor Cubas Villanueva (uno al que le gusta encima pontificar) y su superior Pablo Sánchez no debieron exculpar al “Capitán Carlos”, a ese Ollanta Humala, apodado otrora así, tan comprometido en excesos en el caso “Madre Mía”. Existían muchísimo más pruebas y testimonios contra Ollanta que contra Urresti. ¿Y quién fue el juez que desestimó el caso? Pues nada menos que CSM, cuyo apellido aparecería después en la libreta de Nadine, en esas mismas páginas donde ella detallaba como ese San Martín era contactado por un “Ojitos” para limpiar a su “Cosito”.
Y con Ollanta sí que se quedaron calladitos los caviares, Mohme, las dos CIDHs y las ONGs de DD.HH. porque éste era el candidato de los izquierdistas en esos momentos. Lo más irónico es que el abogado de Humala era el actual premier Otárola, al que le esperan serios problemas futuros por DD.HH.
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