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Sebastiao Mendonça Ferreira: Escuela sin partido
“Un análisis de los mensajes en los textos escolares evidenció: 9 a 0 a favor del Che Guevara (...)”.
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En los últimos años, el Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados han montado un sistema de adoctrinamiento en las escuelas y universidades. Un análisis de los mensajes en los textos escolares evidenció: 9 a 0 a favor del Che Guevara, 7 a 1 a favor de Vladimir Lenin, y ningún mensaje favorable al pensamiento liberal. El resultado ha sido el surgimiento de una capa de jóvenes con ideología marxista y mentes formateadas, incapaces de asimilar pensamientos diferentes a su ideología.
En respuesta a ello, se está desarrollando un movimiento por la libertad de pensamiento de la niñez y juventud, llamado Escuela Sin Partido (Escola sem partido). El movimiento ha surgido en el centro y sur de Brasil, pero se está expandiendo en los sectores de clase media de todo el país.
Según sus líderes, los profesores tienen tres privilegios: una audiencia cautiva de niños y jóvenes, sus palabras son presentadas como verdades, y pueden premiar y castigar las opiniones de los estudiantes.
El movimiento busca defender la integridad intelectual y moral de los estudiantes, el derecho de los padres de educar a sus hijos según sus valores, y el freno a la utilización de la enseñanza para fines ideológicos y políticos.
Proponen que los padres de familia y los estudiantes reaccionen si los salones de clase están siendo usados para el adoctrinamiento, que realicen debates públicos sobre los contenidos educativos, que cultiven el pensamiento crítico en los estudiantes y que reclamen si el derecho al libre pensamiento está siendo violado. No todo en el movimiento es positivo, pero en la realidad educativa de Brasil, representa un avance de la democracia.
Proponen que los padres de familia y los estudiantes reaccionen si los salones de clase están siendo usados para el adoctrinamiento, que realicen debates públicos sobre los contenidos educativos, que cultiven el pensamiento crítico en los estudiantes y que reclamen si el derecho al libre pensamiento está siendo violado. No todo en el movimiento es positivo, pero en la realidad educativa de Brasil, representa un avance de la democracia.
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