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Patricia Teullet: Breve Manual para ir al Congreso

“Lo que los congresistas usualmente quieren es la cobertura de las cámaras...”.

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Pleno del Congreso dejó lista para su promulgación ley sobre imprescriptibilidad de delitos de corrupción (Geraldo Caso)
Fecha Actualización
Si usted tiene un cargo público y lo invitan al Congreso, no espere un momento de conversación ni de intercambio de ideas. A pesar de que la ley dice que puede ser invitado para informar, lo que los congresistas usualmente quieren es la cobertura de las cámaras y su presencia para poderlo insultar.
Por eso, si usted es de aquellos que acuden a una invitación con flores o vino, le serán útiles los siguientes consejos:
Asegúrese de tener su iPad con Candy Crush o Jewels (también funciona el Sudoku). Como se usa un hemisferio distinto del cerebro, podrá seguir escuchando lo que le dicen. Si se aburre de escuchar sandeces (suele pasar a los 3 minutos), lea, o escuche música con Bluetooth. Créame, no se perderá de nada. Si hubiera habido alguna pregunta, siempre puede pedir que se la repitan. Estarán encantados con otra oportunidad para hablar.
Si teme que los nervios le traicionen, un tranquilizante o un whisky antes de la sesión le podrán dar el toque ‘Ommmm’ tan apreciado en estos días.
No son los 80 y ni el Congreso es Trampolín a la Fama, ni Lescano es Ferrando; por lo tanto, usted no tiene que soportar comentarios fuera de lugar para ganar una cocina a gas Surge. Si un congresista quiere saber algo, que haga una pregunta. Si quiere que lo escuchen, que saque cita con su psicoanalista.
No tolere insultos ni faltas de respeto. En ese momento, usted también representa a uno de los poderes del Estado; pero trate de mantener el humor en sus respuestas: tal vez ellos no entiendan el sarcasmo, pero los televidentes sí.
Y tenga lista su carta de renuncia y prepárese para la interpelación. Por si acaso…
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