Las mesas de votación están integradas por un presidente, secretario y el tercer miembro. (Foto:  Perú 21)
Las mesas de votación están integradas por un presidente, secretario y el tercer miembro. (Foto:  Perú 21)

Definitivamente, esta es una elección en la cual se votará porque es obligatorio. Han dejado de interesar los candidatos y sus propuestas. Tal vez es solo el deseo de no caer en peores manos y buscar una opción de mayor empatía y transparencia.

Eso ocurre en la elección de un alcalde de Lima, una ciudad a la que millones han migrado buscando mejores ingresos y servicios de salud, educación y agua. Lo que han encontrado ha sido una ciudad que no está preparada para recibirlos; en el mejor de los casos, mejorarán su acceso al servicio de energía, sea electricidad o gas (a cargo de privados). Pero aun con sus grandes falencias, su tráfico agresivo, sus autoridades indiferentes, Lima es una mejor opción que un caserío a 3,800 metros.

Es cierto que muchos de los servicios requeridos dependen del Gobierno y que nos hemos acostumbrado al enfrentamiento entre este y el alcalde porque más importantes han sido los egos que las necesidades de la población, y más importante ha sido la venganza contra el predecesor que continuar con obras esenciales. Incluso no siendo perfecto, el ordenamiento del transporte es inaplazable.

Ojalá que el resultado dé algo de brillo a este proceso electoral. Que quien sea elegido sea capaz de mirar adelante para alcanzar lo que el ciudadano necesita y no hacia atrás para criticar, ni hacia el costado para confrontar.
Lima necesita a un candidato que, pese a su actual fealdad, la quiera lo suficiente como para desearla y verla hermosa. Y estar dispuesto a darlo todo para que todos la veamos y sintamos así.

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