Golpe de efecto

!Nos vamos todos! Martín Vizcarra es un político campechano, pero muy competitivo; cordial, pero discreto y hermético; que no necesariamente gana, pero que devuelve con potencia los golpes (Rafaella León; Vizcarra, un Poder en construcción) . Así puede entenderse mejor el cálculo final del mensaje de 28 de Julio. El jefe de Estado manejó hasta el aburrimiento las cifras de su gobierno y solo levantó la voz en las últimas líneas, para anunciar el misil: Adelanto de elecciones, su desapego del poder y su slogan #ElPeruPrimero. !Jaque al Congreso! Y en cinco minutos, reconexión con “la voz del pueblo”.

Su anuncio resultó, con creces, una victoria. Los escenarios son muchos. La pelota está en la cancha de un Congreso que nadie quiere, pero los recovecos de la política nunca son como las matemáticas: Una ciencia exacta. Es comprensible que Vizcarra haya llegado a la conclusión temprana que para enfrentar al fujimorismo se requiere una “dosis populista” que lo legitime ante el Perú. Muchos creen que lo ha logrado. La pregunta es si hay similitudes en el tamaño de la crisis de corrupción de hace 19 años, en la que otro ingeniero (hoy en la cárcel) planteó cambiar los plazos y adelantar el proceso electoral para salir del entrampamiento. !Claro Fujimori, acusado de encabezar un gobierno corrupto, escapó a Brunei y envió su renuncia por FAX¡

Con esta medida, Vizcarra ha retomado la iniciativa frente al Congreso. Su argumento es que busca una salida al entrampamiento político, sin embargo aún se esperan muchas otras turbulencias. En los Pasos Perdidos las palabras vacancia, renuncia, cuestión de confianza y cambio de Constitución convertirán los debates en perturbadores enfrentamientos. La verdad es que mientras Vizcarra tiene las de ganar en su intento por sintonizar con el ánimo de país, El Congreso manifiesta un divorcio con la calle que impresiona.
Si no impera la cordura, la factura será carísima .
!Que Dios nos coja confesados!