Salaverry: se la jugó y ganó

Cuando Daniel Salaverry pidió licencia a su bancada, manteniendo su militancia, ya debía sospechar de lo que vendría después. Sabía que no iba a tener libertad de acción si los importantes temas que debía abordar, ya presa Keiko, se iban a discutir también en la bancada. Los vicepresidentes eran peso ligero para tal fin. Quedaría así prisionero de la cúpula de Fuerza Popular (FP) sin cabeza.

Ya, desde un inicio, sus acciones mostraron que su objetivo era diferenciarse de sus antecesores. Pero en ninguna de ellas fue criticado en la interna. Es que su canal directo era la consulta a Keiko. Ahora, en otras condiciones, sí sopesó que iba a confrontar públicamente a los más duros y antiguos, como ha sucedido al dar luz verde para el reconocimiento de las bancadas Cambio 21 y Bancada Liberal. “Trata al Congreso como su chacra”, declaró el vocero Carlos Tubino. Resultado: Salaverry se la jugó y ganó.

Ahora, solo con la crítica insidiosa de algunos congresistas de FP, ha conseguido fortalecerse como presidente del Congreso. Lo ha logrado enfrentando a los expertos en demoras y triquiñuelas para no cumplir con la sentencia del Tribunal Constitucional. En realidad, de quienes no querían abandonar su poder omnímodo hasta 2021.

Salaverry busca que su legitimidad en el cargo no sea solo por su elección aceptada por todos, sino que ahora se valore una legitimidad mostrada en las encuestas, logrando triplicar la aceptación de su desempeño con relación a la que obtuvo su antecesor.

Algunos despistados creen que Salaverry llevaría la discrepancia hasta romper con FP. No lo creo. Tiene formación política de cuando militaba en el Apra. Un buen desempeño como presidente del Congreso, y ya sin Keiko para 2021, apunta a un horizonte promisorio.