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Desgaste en gobernabilidad
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El caso Lava Jato (LJ) ha enturbiado, a través de su corruptela, a varios países, entre ellos Perú y a sus empresarios y políticos del más alto nivel.
El caso de PPK preocupa por ser el presidente, y aunque algunos confían en su honestidad, lo transparente hubiese sido indicar hace tiempo que sí brindó asesoría indirecta a través de terceras personas y no esperar tres citaciones de la comisión Lava Jato. El 30 de noviembre, Palacio emitió un comunicado indicando que “había información que no era cierta”… pero no se dijo que “toda la información no lo era”. Hace unos días, admitió la asesoría a través de First Capital en 2012. La demora en divulgar este hecho ha generado turbulencia política. Algunos congresistas (Vilcatoma) dejan entrever la posibilidad de la vacancia presidencial, lo que no aplica legalmente para este caso y menos le conviene al país. Sin embargo, las inconsistencias dan pie a perfilar hechos que amenazan la democracia.
Es la fragilidad política del Ejecutivo lo que facilita el verbo para eventual vacancia presidencial, vicepresidente asumiendo y elecciones adelantadas. Debemos concentrarnos en crecer, ahora tenemos desgaste de gobernabilidad. LJ deja ropa sucia tendida por todos lados: Toledo prófugo; García declarando su inocencia pese a las múltiples visitas a palacio de Barata/Marcelo Odebrecht (también a Nava) con varios funcionarios de su gobierno involucrados; Nadine y Humala presos; Keiko referida por Barata y Letona; Villarán complicada por recibir dinero para su campaña por el No; y un sinfín de presidentes regionales y alcaldes. Además de empresarios con prisión preventiva.
No hay que olvidar que no se conocían en 2012 las coimas de Toledo y el tamaño de la corruptela; por ello, el problema no es solo la asesoría sino la transparencia en la información.
*Al cierre de esta edición se reportan nuevas “asesorías” para Odebrecht (2004-2007) a través de Westfield.
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