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El colorado calienta Lima
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Jorge Muñoz sorprendió con la Alcaldía a Lima (37%), ya que hace dos semanas rondaba el 3%. También sorprendió la diferencia con Urresti (19%).
¿Que sucedió? El primer debate lo ayudó. Renzo Reggiardo (quedó tercero con 9%) era el favorito. Su ausencia se evidenció con una silla vacía, que lo etiquetó como soberbio. Lo que en política puede ser mortal. Belmont, que estaba segundo, se desplomó debido a sus propias contradicciones (representante de partido chavista) y falta de propuestas. Muñoz aprovechó la coyuntura y el respaldo de una gestión exitosa en Miraflores (66% aprobación), con experiencia municipal (ex teniente alcalde) y con obras importantes, como el puente mellizo en Miraflores. Él es un hombre honesto que recoge el hartazgo ciudadano por la corrupción para un triunfo inobjetable.
¿Que sucedió? El primer debate lo ayudó. Renzo Reggiardo (quedó tercero con 9%) era el favorito. Su ausencia se evidenció con una silla vacía, que lo etiquetó como soberbio. Lo que en política puede ser mortal. Belmont, que estaba segundo, se desplomó debido a sus propias contradicciones (representante de partido chavista) y falta de propuestas. Muñoz aprovechó la coyuntura y el respaldo de una gestión exitosa en Miraflores (66% aprobación), con experiencia municipal (ex teniente alcalde) y con obras importantes, como el puente mellizo en Miraflores. Él es un hombre honesto que recoge el hartazgo ciudadano por la corrupción para un triunfo inobjetable.
Los resultados de las elecciones municipales agudizan la crisis en los partidos políticos. Sorprende el desgaste de Fuerza Popular (2% de Columbus), el Apra (no se presentó) y Solidaridad Nacional, partido del actual alcalde, que logró un paupérrimo desempeño con su hijo como candidato. La izquierda desapareció con Guerra García (ex Villarán) y Fernández.
AP salió victorioso con Muñoz, pero él no es AP. Nació en Somos Perú. Hay que reconocer la eficacia en la elección del candidato. También acertaron con Barnechea (ex Apra en las presidenciales). El símbolo de la lampa ayudó a colocar entre 13 y 15 alcaldías distritales y revitaliza a un partido político después de 30 años, luego de dos gobiernos de Belaunde y la alcaldía de Orrego (1980).
En esta elección, Lima votó por quien le parecía el mejor candidato y no por el menos malo.
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