Los veranos serán una prueba de solvencia al sistema interconectado año a año si es que no agregamos potencia al sistema, señala el columnista.
Los veranos serán una prueba de solvencia al sistema interconectado año a año si es que no agregamos potencia al sistema, señala el columnista.

Como me he pasado años escribiendo y describiendo en este periódico, el clima o el tiempo representan un forzante mayor en la economía y desarrollo de una sociedad. No importa donde sea.

En el caso peruano, un evento climático como el actual Niño Costero ha extendido sus impactos a la pesca, agricultura, industria textil, etcétera.

Al hablar de clima estamos hablando de periodos de tiempo de muchas semanas o meses. Al hablar de tiempo, estamos hablando de periodos que corresponden a un puñado de días.

Una de las grandes sorpresas que nos hemos llevado la semana pasada, mientras una ola intensa de calor se abatía sobre Lima y la costa central, ha sido la enorme presión que ha supuesto la demanda de energía eléctrica sobre el sistema interconectado nacional.

La demanda de energía eléctrica ha venido creciendo por debajo de 5% anual por la falta de inversiones que demanden energía y el freno económico y convulsión social a los que ha estado sometido el país y la industria minera en particular. Es la mayor consumidora como sector económico.

Pues bien, febrero 2024 con los calores de este verano fuerte, ha producido un incremento de 11.7% respecto de la demanda de energía de febrero 2023. Impresionante.

El 8 de febrero en medio del febril ambiente que se vivió en las ciudades, el sistema interconectado nacional demandó 8,263 megavatios a las 11:30 a.m., la mayor cifra de la historia del Perú según data provisional del COES.

Ese valor es además 8.3% mayor al de enero. No estamos acostumbrados a estos picos.

En los buenos tiempos en los que el Perú crecía a tasas muy altas, la demanda también lo hacía. Hoy ya no. Pero El Niño Costero nos ha revelado que hay un gran número de unidades de sistemas de aire acondicionado por toda la costa, siendo Lima y Callao el puntal de la demanda agregada.

Estos excesos de demanda, en plena época de lluvias, han revelado algunas falencias de nuestro sistema interconectado. Por ejemplo, la redundancia en líneas de transmisión.

Al haber entrado Petroperú en estado de coma económico, está haciendo uso de todo el gas disponible en el norte para abaratar sus costos de producción y privando con ello de ese recurso a la central térmica de Malacas que tiene que operar con Diesel y abastecer al norte. Al operar con Diesel, que es la más cara de las fuentes de generación, los costos marginales o valores a los que se debe vender energía a clientes que salen a comprarla sin contrato, se disparan a valores muy altos.

En un escenario de Cambio Climático, de más calor y más población, los veranos serán una prueba de solvencia al sistema interconectado año a año si es que no agregamos potencia al sistema y un mejor entramado de líneas de transmisión.