Están disminuyendo las temperaturas del mar frente a la costa y consecuentemente las del aire, señala el columnista.
Están disminuyendo las temperaturas del mar frente a la costa y consecuentemente las del aire, señala el columnista.

La Tierra tiene unos 12,700 kilómetros de diámetro. En su superficie hay océanos que ocupan un 70% de su superficie; pero solo en la superficie. El punto más profundo del fondo de todos los océanos alcanza apenas 11 kilómetros. La atmósfera sobre nosotros puede alcanzar más de 500 km sobre la superficie del planeta. No hay un límite exacto entre la atmósfera y el espacio exterior. Los gases atmosféricos se vuelven más delgados a medida que se asciende. Tanto es así que el 75% de los gases que la componen se ubican apenas en los primeros 11 kilómetros de esos 500 kilómetros de altura total.

Lo que conocemos como clima sucede entre los primeros 300 metros de profundidad de los océanos y los primeros 10 kilómetros de la atmósfera. A ambos lados de La Tierra el clima sucede en 21 de los 12,700 kilómetros de diámetro. Nada.

La complejidad para entender cómo se mueven los gases de la atmósfera superficial, o sea la circulación del aire, así como la circulación en el mar superficial, determinan nuestro clima.

El Niño y La Niña vinculan como ningún otro aspecto del clima a la circulación del aire y a las capas superficiales del Oceáno Pacífico, el más grande de todos por mucho, en su parte ecuatorial.

Todo el Pacífico Sur está gobernado por una gran circulación semipermanente (ese semi es tan importante en El Niño) llamada el Anticiclón del Pacífico Sur. Es un gran remolino de viento, cuyo centro suele estar cerca de Chile y cuando está allí y rota con vigor activa los vientos costeros de sur a norte en nuestra costa. Imponiendo el clima desértico que nos gobierna.

El Anticiclón del Pacífico Sur se debilita en verano. Al extremo este año que favoreció el ingreso al litoral de aguas cálidas tropicales (de las que nos aleja en condiciones normales). Con ello: El Niño Costero.

Las cosas están cambiando. Está regresando el Anticiclón a realizar su labor climática: incrementar el viento costero favoreciendo la llegada de la estacionalidad fría de nuestra costa. Así, están disminuyendo las temperaturas del mar frente a la costa y consecuentemente las del aire.

Ahora bien; si bien el retroceso del calentamiento se está evidenciando; el retorno a la normalidad está aun en entredicho. Tenemos un calentamiento del mar que no solo es superficial, abarca, en particular frente al norte, hasta 100 metros según algunos sondajes recientes frente a Tumbes y Piura. Por otro lado, aguas cálidas siguen y seguirán arremetiendo contra el borde costero sudamericano frente a la línea ecuatorial y el norte del Perú. Que es además este último, parte de la franja costera menos susceptible de recibir los embates del Anticiclón si este no hace bien su trabajo climático.

Con un Anticiclón activo; solo podemos anticipar que el otoño resultará siendo claramente más cálido que lo habitual. Nada más. Del invierno, ya veremos.