En los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 (¿recuerdan que debido al COVID-19 se realizaron sin público un año después de lo previsto?), los atletas rusos participaron sin poder utilizar sus banderas ni símbolos patrios. Estos deportistas llevaban en sus vestimentas las letras ROC, la abreviatura de Russian Olympic Committee. Esto se debió a un escándalo de dopaje de deportistas sistemático manejado por el régimen de Putin.
En Tokio, desfilaron en la inauguración 300 atletas rusos. Varios compitieron con los colores de la bandera de su país y reporteros rusos reconocieron que no sintieron el impacto del supuesto boicot por el escándalo de dopaje manejado desde las alturas del poder. Esta vez, la sanción es más severa y, por lo tanto, solo estuvieron en París 15 deportistas rusos y 17 bielorrusos que participan bajo un severo compromiso de neutralidad.
Un caso que destaca en esta historia es el de Guatemala, que hasta marzo de este año estuvo vetada de participar en los actuales Juegos Olímpicos por un caso de carácter político. En 2022, la Corte falló en asuntos del Comité Olímpico Nacional de Guatemala (COG), inhabilitando a su presidente y permitiendo la realización de unas polémicas elecciones en las cuales se eligió a Jorge Rodas para asumir el cargo. El COI desconoció a Rodas y Guatemala, que no pudo participar en los recientes Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, casi no va a París si no fuera porque, en una asamblea extraordinaria del COG, la mayoría de las federaciones deportivas rechazó la autoridad de Rodas.
No hubo ROC en París, pero sí mayas y mallas en los JJ.OO. 2024.
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