Ana Jara: Mujeres. Más huérfanas que nunca de nuestros derechos. (@photo.gec)
Ana Jara: Mujeres. Más huérfanas que nunca de nuestros derechos. (@photo.gec)

Y venció el plazo para que el Gobierno observase la autógrafa de ley que cercena parte de las conquistas obtenidas por las mujeres para el pleno ejercicio de sus derechos civiles, de participar en equidad a cargos de elección popular y por ende en la vida política por lo menos de su región, pero esto no sucedió. Esta columnista abrigó esperanzas de que el Ejecutivo sacara la casta y prestase resistencia a la injusta iniciativa legislativa que eliminaba la paridad horizontal y la alternancia de género en las planchas presidenciales, impulsada por sectores conservadores en el Parlamento, aunque el gesto fuera para la exportación, porque va quedando claro que la actual administración está rendida a los pies del Legislativo, en opinión de la gran mayoría de peruanos, en la que me incluyo.

Y es que me parecieron oportunas las declaraciones de la titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables –MIMP—, Ángela Hernández Cajo, para RPP, señalando sin tapujos que este tipo de medidas generan un retroceso en el derecho a la participación política de las mujeres, además de vulnerar la Constitución respecto a la no discriminación de las personas, llamando a reflexión a las 31 congresistas mujeres que votaron a favor de la norma, la verdad, una sinrazón.

Es justo decir, no obstante, que aunque el Gobierno hubiese observado la autógrafa el Congreso la aprobaría por insistencia, tiene la fuerza de los votos para hacerlo, pero en la vida, es necesario, imprescindible sentar posición, en este caso por un tema principista; la igualdad, la no discriminación, son Derechos Humanos Universales y los logros alcanzados en el devenir de la historia, debieran tener carácter de irreversibles, salvo para las dictaduras. Pero todo parece indicar que la política del corcho, el flotar hasta llegar a 2026 de sobreseguro y sin riesgo, es la que se habría optado en el Ejecutivo.

Ahora bien, existe el trascendido que el MIMP, ente rector en la defensa de los derechos de la mujer, habría evacuado oportunamente a la PCM un informe observando la mentada autógrafa de ley, dándole cuenta de distintos pronunciamientos venidos de la sociedad civil en rechazo de la misma, pero de ahí no pasó el tema. ¡Cómo!

Mucho me temo que lo peor estaría aún por venir, los conservadores en el Congreso no pararían hasta retornar a los tiempos prehistóricos donde la mujer estaba destinada solo a las labores de hogar, a casarse y criar hijos o hacer vida religiosa ¡Oiga usted! La política y la educación quedaría reservada para los varones.

No me extrañaría se le volviera exigir a la mujer el pedir permiso al marido para trabajar y hasta de obligarnos a pedir perdón, por haber nacido mujeres.

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