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Mujer fácil, hombre violador
“Ya el cuerpo femenino ha sido bastante masacrado a lo largo de la historia como para que ahora un diccionario nos etiquete y denigre. No es difícil enmendar un error, genera respeto”.
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Infeliz iniciativa la de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) de incorporar en su acervo lingüístico una polémica acepción para la palabra ‘fácil’: “adj. Dicho especialmente de una mujer: Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”. Sin que le corresponda, creó una categoría de mujeres a las que endilgó el mote de dóciles en el sexo. Y por lo que dicen las noticias, la institución señalada no está dispuesta a cambiar nada.
Irreductible. Hay peticiones para que esto de “mujer fácil” salga de tan magno y palaciego diccionario, pero la negativa es imperial y rotunda. Las palabras no crean la realidad; por el contrario, se adaptan a ella. Los adjetivos califican o señalan características, cualidades o propiedades atribuidas a un sustantivo. ¿A quién expresa y da estatus la RAE con esta definición? A los machos más estúpidos y limitados, a aquellos que piensan que la mujer no puede copular cuando le da la gana y cuando quiere, pero el hombre sí, formando parte de su naturaleza, según algunos.
En el Perú, señores de la RAE (esperemos que de haber académicas, hayan votado en contra en este desafortunado asunto), venimos de pasar por un episodio execrable, repelente, que pone en cuestión lo que es la naturaleza humana. A una dulce adolescente, más cercana a la niña que a la mujer, la ultrajó un violador compulsivo que ya había abusado de dos señoritas. Al parecer, con el cretino pensamiento de que eran ‘mujeres fáciles’, la Policía no hizo caso de las denuncias. Lo que está haciendo la RAE es convalidar la vesania y la brutalidad masculinas que existen en Europa, América Latina, China y la Cochinchina.
Para la RAE, una mujer no puede gozar del sexo frecuentemente –ni de las emociones que este conlleva– porque resulta siendo una persona ligera, para decirlo sin ambages: una puta o putona. El tránsito de una palabra a la otra es casi automático en la mente de un macho primitivo. La RAE presenta muchas acepciones de hombre puto, o es sodomita (que tiene sexo anal) o es prostituto. No hay hombre fácil.
Hace cien años que las mujeres pudimos acceder al voto, antes éramos apestadas, seres inferiores. El prejuicio machista continúa y hay sociedades donde se violenta especialmente a la mujer. Como por ejemplo donde se practica ¡la escisión de clítoris!, una aberración en pleno siglo XXI. No nos pueden quitar el derecho de tener relaciones sexuales cuando nos apetezca.
Ya el cuerpo femenino ha sido bastante masacrado a lo largo de la historia como para que ahora un diccionario nos etiquete y denigre. No es difícil enmendar un error, genera respeto.
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