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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo, Opina.21Si los operativos que encabeza el ministro del Interior son solo una parte de todo un plan de trabajo, o solo una forma de mostrar –a policías y ciudadanos– que el ministerio tendrá una nueva dinámica y que el ministro da el ejemplo, está muy bien. Es un inicio auspicioso y nos hace esperar con ansias el plan completo.

Pero si se trata de un estilo peliculero, "fintero", efectista, de alguien que se cree "sheriff", que busca solo justificar su nombramiento y mostrarle al Presidente que de esa manera lo va a ayudar a subir en las encuestas, entonces empezamos muy mal. Habremos confirmado que en el tema de la inseguridad ciudadana el gobierno es una nulidad que sólo da "palos de ciego"; que no tienen ni idea de lo que deben hacer; que ponen y sacan ministros del Interior sin ningún criterio; y que viviremos desprotegidos y a merced de sicarios, asaltantes y ladrones los próximos dos años, por lo menos.

Es obvio que con buenas intenciones y con operativos de un día en cada zona no vamos a derrotar a la delincuencia. Así como no vamos a eliminar la corrupción en la Policía con arengas y con hurras.

La honestidad, el profesionalismo y la moral de la Policía no se van a recuperar permitiendo que nuestros buenos efectivos se tengan que "recursear" cuidando chifas, de porteros en oficinas, o dirigiendo el tránsito en la puerta de las construcciones. Tampoco dejando que convivan –como si nada pasara– los buenos policías con los corruptos, o eliminando los operativos en las calles.

Es muy importante detener al ladrón que roba a los ciudadanos en cada esquina, pero también es vital desarrollar la inteligencia que permita desarticular las grandes bandas de asaltantes, asesinos y extorsionadores, para evitar que los delitos se cometan. Es muy bueno quitarle la combi al chofer asesino o infractor, pero es más importante evitar que maneje para que no mate.

Necesitamos un ministro y no solo un comisario. Ojalá así sea.