La selección peruana es la quinta de sudamérica según el listado difundido por 'Mr. Chip'. Detrás de Brasil se ubica Uruguay en el quinto lugar, Argentina en el décimo y Chile en el décimo cuarto. (Foto: AFP)
La selección peruana es la quinta de sudamérica según el listado difundido por 'Mr. Chip'. Detrás de Brasil se ubica Uruguay en el quinto lugar, Argentina en el décimo y Chile en el décimo cuarto. (Foto: AFP)

Escribo esta columna antes del partido, así que lo hago sin saber el resultado. Pero, para todos los efectos, llegar a la final de la Copa América, contra Brasil, que tiene un equipo valorado en cerca de 1,000 millones de euros, mientras que el de Perú no llega a los 50 millones, es, por sí solo, un desenlace épico para una historia como la nuestra que ha estado marcada por desencantos. Es definitivamente la historia de David contra Goliat.

Ya decía con acierto el argentino Valdano que “el fútbol es la cosa más importante de entre las cosas menos importantes”. De ahí que, como comenté la semana pasada tras la goleada a Chile, parte de su magia es su capacidad para regalarnos analogías aplicables a una sociedad que por momentos es más de hinchas que de ciudadanos.

Tiene mucha razón Gustavo Rodríguez en su columna del sábado en El Comercio: “Si el fútbol es la metáfora más aproximada de lo que es la vida, Gallese y sus compañeros nos han vuelto a recordar, en un solo partido, los gestos que deberíamos tener los peruanos hacia nuestros compatriotas. Cuánta falta nos hacen, en verdad”. Lo mismo sucedió cuando llegamos al Mundial, donde quedó claro que en equipo todo se vuelve más viable. Aunque resuene como cliché, esa poderosa idea suele desvanecerse muy rápido en una sociedad que se encuentra estancada en individualismos, mezquindades y cortoplacismos.

Quiero creer que la nueva generación de peruanos, que se ve representada en la selección, se proyecta al futuro con ojos distintos, más ganadores, más seguros y más optimistas. Con bastante más solidaridad. Hay algo especial en los nuevos liderazgos surgidos en la selección que haríamos bien en atender cuidadosamente para aprender. Cierro la computadora y me voy a ver el partido.