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Matemáticamente… Sí podemos
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No, esta no es una columna sobre fútbol, sino sobre algo más importante: el desarrollo del país. Según el Índice de Competitividad del WEF 2017, estamos en el puesto 72 de 132 países, bajando 5 puntos con relación a 2016.
Si analizamos este índice solo en su resultado total, no estamos mirando los aspectos prioritarios para mejorar nuestro puntaje. En los pilares como Entorno Económico o Mercados Financieros, no nos va tan mal (puestos 37 y 35, respectivamente); sin embargo, en pilares como Instituciones (116), Infraestructura (86), Salud y Educación (93), que son los requerimientos básicos para hacer del Perú un país más competitivo, estamos en el quinto inferior de la lista. En Innovación (113), que es el elemento que gatilla la competitividad, es donde nos va peor.
Si analizamos este índice solo en su resultado total, no estamos mirando los aspectos prioritarios para mejorar nuestro puntaje. En los pilares como Entorno Económico o Mercados Financieros, no nos va tan mal (puestos 37 y 35, respectivamente); sin embargo, en pilares como Instituciones (116), Infraestructura (86), Salud y Educación (93), que son los requerimientos básicos para hacer del Perú un país más competitivo, estamos en el quinto inferior de la lista. En Innovación (113), que es el elemento que gatilla la competitividad, es donde nos va peor.
No podemos concentrarnos solo en aquellas cosas en donde nos va bien, ni ver al crecimiento económico como un fin en sí mismo sino como una herramienta para asegurar desarrollo equitativo. Más dinero no es sinónimo de mayor desarrollo. Un ejemplo simple es el de la minería y el canon para las regiones. El año pasado, apenas se logró gastar dos terceras partes de ese presupuesto y hoy, al mes diez del año, solo se ha gastado el 36% de 1,110’699,163 soles. Áncash solo ha ejecutado el 18.7%.
Necesitamos enfocarnos en desarrollar capacidades estatales y fortalecer la institucionalidad de gobiernos intermedios para hacer más eficiente el gasto y traducirlo en bienestar. El destrabe de las inversiones debe estar a merced de cerrar las brechas. El canon y los esfuerzos de responsabilidad social deberían ayudar en esta tarea.
Hoy tenemos buenas condiciones económicas para asumir estos retos. Solo nos falta ejecutar estrategias enfocadas en mejorar la competitividad y hacer la revolución social.
El Perú depende de sí mismo.
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