La emergencia también es de nutrición
La emergencia también es de nutrición

Columnista invitada:

Marilú Martens, directora de CARE Perú

Hace un año se anunciaba con esperanza que el Perú obtenía resultados positivos en la lucha contra la desnutrición crónica infantil (DCI). Esto, según los resultados del estudio Estado Mundial de la Infancia presentado por Unicef, que mostraba que habíamos pasado de un 33% en el índice de DCI en niños y niñas menores de 5 años en el año 2000 a un 12% en 2019. Por otro lado, a inicios de este año se anunció la reducción de la anemia en niños menores de 36 meses de un 43.5% en el 2018 a un 40.1% en 2019. En otras palabras, 43,000 niños fueron rescatados de la anemia y, por ende, con mejores oportunidades para su desarrollo. ¡Estas son muy buenas noticias!

En estos últimos dos años, CARE Perú ha trabajado con poblaciones focalizadas para combatir la anemia, logrando, por ejemplo, que casi el 60% de niños y niñas en Cieneguillo Centro (Piura) se mantengan sin esta afección y consiguiendo que el 23% de ellos suban sus niveles de hemoglobina. Estas niñas y niños obtuvieron, a su vez, mejores resultados en sus logros de aprendizaje, fortaleciendo su energía para seguir desarrollándose social e intelectualmente. Estos resultados se lograron mediante el trabajo con la comunidad y principalmente con las madres, profesoras y agentes de salud capacitadas y acompañadas.

La evidencia del logro de proyectos como el anterior se consolida en modelos escalables que, mediante estrategias de incidencia, contribuyen al diseño de políticas públicas. Para ello, es importante trabajar conjuntamente entre organizaciones. Un ejemplo de esto es la Iniciativa contra la Desnutrición Infantil-IDI, colectivo que agrupa a 14 organizaciones de la sociedad civil y de la academia, el cual hace unos días comunicó al Gobierno su alta disposición en sumar esfuerzos para la continuidad a las acciones encaminadas, planteando cinco líneas de acción: 1. Priorizar, en la agenda pública, la nutrición y dieta saludable de toda la población; 2. Atender la seguridad alimentaria asegurando la disponibilidad y acceso a una dieta saludable; 3. Mantener la prioridad nutricional en la primera infancia; 4. Prevención y manejo oportuno de las enfermedades prevalentes; 5. Mejorar la calidad y eficacia de la gestión en la atención a la nutrición de la población.

Este 2020, nos suma mayores desafíos a esta lucha por la salud alimentaria que venimos dando intensamente, buscando mitigación para esta pandemia de COVID-19. En esta emergencia, desde CARE Perú, estamos trabajando, gracias a la ayuda humanitaria y con el apoyo de la empresa privada y de la sociedad civil, en la campaña Alimenta Su Fuerza. Esta consiste en comedores populares que, desde el inicio de la cuarentena, llevan un plato de comida nutritiva, con todas las medidas de bioseguridad, a más de 1,200 personas todos los días.

También, trabajamos con un programa que aplica la innovación y, teniendo en cuenta el riesgo generado por el desplazamiento o la aglomeración de los beneficiados del programa, hemos creado y entregado el Kit Care: canastas virtuales que brindan información nutricional a familias en estado vulnerable y que proveen ayuda financiera para adquirir productos de primera necesidad en bodegas autorizadas.

Desde CARE Perú, reafirmamos nuestro compromiso de seguir apostando por alianzas coordinadas con el sector público y el privado, a través de modelos innovadores, mejorando el acceso a recursos y oportunidades, y asegurando la participación significativa de todas las personas. Pero, sobre todo, poniendo a mujeres y niñas en el centro de nuestros esfuerzos.

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