(Foto: GEC)
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Es sabido que los procesos judiciales contra cualquier persona que haya detentado puestos de poder político o económico en el país estarán siempre sujetos a manipulaciones y toda clase de presiones externas para torcer sus resultados. El que se le sigue al expresidente Ollanta Humala Tasso y a su esposa Nadine Heredia no es la excepción, pese a que no es el único exmandatario implicado en investigaciones por corrupción, muchas de ellas convertidas ya en casos que van ganando solidez gracias, principalmente, al estratégico recurso de la colaboración eficaz de testigos comprometidos en el presunto delito.

De ahí que sea tan frecuente a quienes resultan involucrados por algún testigo acogido al sistema de delación premiada, como también se le conoce al recurso, escucharlos alegar –tanto a ellos como a sus entornos legales, partidarios y familiares–, a falta de otros argumentos, que esos testigos solo buscan reducir sus penas apoyando los casos que han armado los fiscales.

Denostar esta figura del Código Penal es pues, según el consabido libreto, el primer reflejo de la defensa del acusado, luego viene la parte en que intentan desacreditar a los testigos y finalmente, de devenir inútiles sus esfuerzos, se pone en cuestión, velada o abiertamente, la imparcialidad de los fiscales y la limpieza de su investigación.

Los audios recientemente difundidos en los que dos fiscales del caso La Centralita, Alan Castillo y su jefe, el fiscal anticorrupción Elmer Chirre, –ninguno de ellos miembro del equipo especial– supuestamente intentan persuadir a uno de los principales acusados de ese caso, Martín Belaunde Lossio, que al mismo tiempo postula a colaborador eficaz para el caso Lava Jato, para que no diga nada que contradiga la versión del Ministerio Público en ambos procesos, parece seguir al pie de la letra el socorrido libreto que mencionáramos: una nueva maniobra a todas luces urdida para tumbarse la investigación que el fiscal especial Germán Juárez lleva a cabo sobre los dineros ilícitos que la expareja presidencial nacionalista habría recibido de Odebrecht.

Los audios dejan, por lo demás, no pocos cabos sueltos e interrogantes que seguramente se irán aclarando en los próximos días, pero cuidado con los presentes griegos, que lo avanzado en la lucha contra la corrupción es ya patrimonio de la historia política del Perú.

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