(AFP)
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Las noticias atemorizantes por el avance de la segunda ola del COVID-19 en el Perú acrecientan el temor de tener que pasar nuevamente por una nueva cuarentena al estilo de Inglaterra (encierro total), que no aguantarán el humor ciudadano ni la economía. Por ahora, nos queda la esperanza de que las vacunas rusas, inglesas o chinas funcionen de verdad, que el gobierno de transición encuentre luz al final del oscuro túnel de la incompetencia, y que por fin hagan un trato con algún laboratorio que nos traiga en el primer trimestre de 2021 la pócima bendita.

El Perú, como nunca, quisiera sentir ya el estertor de esta etapa nefasta de muerte y dolor que nos deja el COVID; pero también se prepara para las próximas elecciones con más esperanzas y expectativas que nunca. Las tareas pendientes que el patógeno nos ha dejado en todo orden de cosas hacen cada vez más pesada la agenda para la próxima generación de gobernantes y legisladores que asumirán este 28 de julio.

Como si fuera poco, la oferta política viene recargada con 23 candidatos a la Presidencia de la República y más de tres mil candidatos al Congreso para tan solo 130 escaños. La lucha se librará básicamente en las redes sociales, aunque, claro está, algunos apostarán por ganar las calles y el olor a multitud para tener más votantes, desafiando al virus con un arriesgado paso adelante, aunque termine siendo la última parte del camino hacia la tumba.

No dudamos de que los preparativos de la campaña para ganar votos serán extenuantes, debido a que se deben construir slogans, banners, mensajes, fotos, videos, merchandising y otros. Este mismo entusiasmo debe trasladarse hacia la presentación de candidatos de alta calidad para arribar hacia la renovación política que el país necesita.

La historia del país está plagada del virus de la corrupción, que nos ataca por décadas y desvanece la posibilidad de un país mejor. El secreto, la clave, la magia, el punto de inicio para el cambio verdadero está en las manos de todos los peruanos cuando depositen su voto este 11 de abril.

Esperamos que sea el respeto y la consideración, el debate alturado y la lluvia de ideas los que marquen la diferencia en estas elecciones, lo que significará que las penurias que nos deja el 2020 nos han dado lecciones y hemos madurado para este proceso eleccionario.

Solo nosotros somos capaces del cambio. Nadie vendrá a salvarnos del virus de la corrupción, de la violencia, el atraso, el hambre, la desocupación o de la criminalidad cabalgante, nadie; nosotros, los ciudadanos, debemos encontrar nuestro camino, y eso solo se logra eligiendo autoridades honestas, íntegras, experimentadas y comprometidas para dirigir los destinos de la patria. No olvidemos aquel dicho anónimo: “Los ciudadanos que eligen políticos corruptos no son víctimas, sino cómplices o idiotas”. ¡Buena suerte a todos!

Disclaimer: Quien escribe esta columna es candidato al Congreso de la República por Victoria Nacional.

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