Pedro Castillo al lado de los miembros de Fenate Perú.
Pedro Castillo al lado de los miembros de Fenate Perú.

La falta de transparencia del gobierno ha entrado en una fase que, de discutible recurso político, está pasando a un modus operandi que pone en riesgo a la democracia peruana.

Desde los días en que Pedro Castillo se refugió en la casa del jirón Sarratea, luego de ser proclamado presidente de la República, para tomar sus primeras decisiones de gobierno y conformar un gabinete que tardó en armarse por completo –y que hasta ayer nomás se seguía desarmando– para luego ser juramentado a puerta cerrada, la opacidad domina buena parte de los movimientos presidenciales.

Fueron sendas llamadas de atención del contralor general de la República y del defensor del Pueblo las que al parecer le hicieron notar a Castillo que con tanto secretismo podía estar quebrantando la ley. Con lo cual vio obligado a mudarse a paso ligero a la Plaza de Armas, e instalarse en ese mismo Palacio que días antes había dicho convertiría en museo, pero jamás en su sede de gobierno.

Allí, desde luego, es más difícil ocultarse del escrutinio público y así es, por ejemplo, que se ha sabido de sus reuniones clandestinas con profesores del Fenatep, el recientemente reconocido gremio magisterial fundado por él y al que se le vincula con el Movadef senderista. Estos señores, además, habrían ingresado dejando datos falsos en la puerta. ¿A qué se debe la semiclandestinidad de esta visita a la casa de gobierno? ¿Qué temas trataron en esa reunión para haberse visto obligados a falsear sus identidades en el libro de visitas?

Así como nadie ignora los nexos de ese gremio con el terrorismo, también se sabe que tanto el Fenatep como el Conare-Movadef están integrados mayoritariamente por profesores desaprobados en los exámenes de conocimientos que, como todos sus colegas, están obligados a rendir periódicamente según la nueva Ley de la Carrera Pública Magisterial. Y, desde luego, están en contra de la obligatoriedad de estas pruebas, pues solo ponen en evidencia su baja calidad profesional como maestros. ¿Qué están tramando Castillo y estos dirigentes ‘jalados’, para haber intentado ocultar de manera tan grosera su misterioso cónclave?

De lo que sí estamos seguros es que, más temprano que tarde, saldrá a la luz lo que tanta oscuridad se pretende ocultar.

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