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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Si PPK indulta a Fujimori, sería como dispararse en la sien. Sería como intentar ganarse al enemigo clavándole un puñal al compañero que se fajó por uno. Se quedaría solo, listo para ser vacado.

Los más avezados partidarios de la –hoy negada– teoría del indulto aseguraban que PPK ya tenía planeado indultar a Fujimori el 28 de julio en su mensaje a la nación por Fiestas Patrias. Ese mismo día –y eso no es ninguna casualidad– es el cumpleaños de "Arberto". Como vimos durante la campaña, sin embargo, en la puerta del horno se quema el min pao. Perdón, el pan, se quema el pan.

Pues bien, en una nueva versión de "yo sé jugar al estadista", la banKada fujimorista ha seguido empujando el carrito a través de Luis Galarreta, quien retó a PPK diciendo que "(para firmar el indulto) se necesita […] valentía y visión de estadista". O lo que es lo mismo, "te apuesto a que no te atreves". Estilo patio de colegio.

Pero el fujimorismo enfrenta un problema si quiere que sus gestos funcionen como se lo han propuesto (a Keiko no le conviene que su padre salga). El ministro y vicepresidente, Martín Vizcarra, será interpelado en el Congreso y para nadie es un secreto que la hoy congresista fujimorista Lourdes Alcorta prepara una moción de censura contra el ministro Carlos Basombrío (la interpelación es un mero trámite). Así, el reto que esperan que PPK pierda parece más un canje.

El cuento de que les importa la institucionalidad y por eso no debe haber leyes con nombre propio que beneficien con arresto domiciliario a Fujimori es por completo inverosímil: cada vez que su número se los permitió, los fujimoristas se sentaron en las instituciones.