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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Cada vez que alguien dice que la izquierda está detrás de un conflicto social paralizando el país, muere un gatito. Por resultados electorales, la izquierda es tan insignificante como lo era, más o menos, en 1990. Veinte partidos políticos de todas las tendencias se reparten 6 gobiernos regionales de 25; 1 de cada 4 distritos y 1 de cada 6 provincias. Los demás son independientes y mercenarios más de dólares que de reivindicaciones. ¿La izquierda? Escondida en "Otros".

Dicho esto, ¿Máxima Chaupe es comunista? ¿Sería pertinente llamarla roja? ¿Pertenece a alguna organización política? ¿Alguna ONG? Quizá a Máxima no le interesa mucho la política pero sí le tiene miedo al Estado y a las empresas que, con la aquiescencia de este (o sin ella), hacen y deshacen como les conviene sin importar un pepino lo que ella quiera, pida o necesite. Y en sus propias tierras. Como ella, hay decenas de miles de personas a las que les da igual si tu camiseta es roja, rosada o verde o si no tienes camiseta. Quien se les acerque y recoja su temor –tan real como el tuyo a los rojos de 1970, pero con el agravante de la experiencia reciente– será bienvenido a bloquear carreteras con ellos, pero nada más.

Cuando acusan a la izquierda de estar detrás de todas las paralizaciones quizás le hacen un favor al darle una relevancia que claramente no tiene. Hay más de 150 conflictos socioambientales en el Perú, ¿la izquierda está detrás de todos? ¡Ni que fueran tantos! Y defender el agua de tus animalitos no te hace de izquierda. Pero ahora Arana cree que puede ser presidente. Bien ahí.

Aceptemos que luego de 25 años el modelo económico, tal y cual está diseñado, no alcanzó y que ya toca hacerle ajustes.

Es muy humano echarle la culpa a otro pero al menos tratemos de que ese otro exista.