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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La mañana de ayer, Roy debió jurar durante la instalación de una sesión reservada en una comisión del Congreso. A mi amigo –al que bautizaron católico por fuerza, como a casi todos, pero que no se compra la hostia tamaño rueda de molino del catolicismo– le dijeron que habían hecho una fórmula especial para él "porque no era católico". Cuando explicó que él no iba a jurar ante el crucifijo ni la biblia, uno de los miembros técnicos de la comisión lo inquirió.–"¿Y ante quién vas a responder si cometes una infidencia?".–"Ante las leyes y la Constitución del Perú".

Tras amenazarlo diciéndole que 'papalindo' todo ve y castiga aunque nos ama infinitamente y totalmente a todos, pero con algunas restricciones que determinan los voceros de Dios, sugirió: "Entonces, ¿te guías por tus propias reglas?".

Luego hicieron jurar a los católicos y después, en un mismo paquete, la presidenta de la comisión, Lourdes Alcorta, llamó a "los cristianos, ateos y los demás que no van a jurar". El congresista Belaunde preguntó "si no eres ateo, ¿por qué no juras frente al crucifijo?", ignorando, quizá, que hay más confesiones o que el Estado es laico. Mi amigo juró por la Constitución y mientras volvía a su lugar, Tubino le dijo: "El Estado no es laico, eso no dice la Constitución".

Para muchos es muy difícil aceptar que atacar sus ideas, opiniones o creencias no es lo mismo que atacarlos a ellos. Afirmar que aquella historia –según la cual un pajarito embarazó a una mujer para que el fruto de ese adulterio (la mujer estaba casada) muriera crucificado pagando pecados ajenos– justifica dos mil años de atrocidades en nombre de tal inocente es ridículo.

En el espacio público (colegios, poderes del Estado, etc), la ley, que para eso está. Tu creencia, en tu casa.