notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Derrotando, por momentos, la corrupción política a la que se adhieren las lapas –todos los que no quieren quedar mal con nadie–, Beatriz Merino lanzó un variopinto conjunto de ideas de centro, izquierda y de derecha, en entrevista concedida a Perú21.

En la visión de Merino, hay espacio para todas las tendencias siempre que convengan más o menos en que: 1) la democracia es imprescindible, 2) la informalidad y los mercas están ahogando la inclusión, 3) el Estado no puede ser más pequeño sino más eficiente, 4) los conflictos sociales son manifestaciones de necesidades reales y reclamos legítimos que deben ser atendidos y 5) sin inversión privada no hay país posible porque no hay Estado que aguante.

Sí, parecen lugares comunes, pero consideremos que Merino es presidenta de la Sociedad Nacional de Hidrocarburos, gremio pariente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía que reúne a muchos de sus empresarios de derecha radical a los que Beatriz les dice que los conflictos sociales y las comunidades nativas no son escenografía. Precisamente, hace dos meses uno de ellos –Carlos Gálvez, vicepresidente de Buenaventura y actual presidente de la SNMPE– declaró en tono de queja a Semana Económica que, ahora, a cualquiera que se ponga una pluma hay que pedirle permiso.

En la izquierda la miran con escepticismo, dicen que Merino es "el falso centro", tratando de encauzar y aglutinar el descontento ciudadano hacia la derecha sin apelar a rótulo tan poco amigable y aun menos atractivo (por eso ni PPK es derecha, pero shhhhh…). Antes que una derecha populista y cleptócrata, una izquierda o un centro mamarrachiento, preferiría una centroderecha que al menos parezca razonable, pero corazones, no sabemos.