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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Las AFP tienen la responsabilidad enorme de gestionar y hacer crecer el dinero de sus clientes –que somos quienes aportamos– para que cuando no podamos seguir trabajando, tengamos una pensión de la cual vivir. Esta responsabilidad incluye la obligación de mantener como primera prioridad el interés de sus afiliados por encima del propio.

Ello demanda, por ejemplo, que el nombramiento de los miembros de sus directorios se decida porque son funcionales a la mejor gestión de la AFP y no al interés de su grupo económico. Menos aún, debe haber en el comité de inversiones de las AFP gerentes del banco de ese mismo grupo económico, porque eso constituye un clarísimo conflicto de interés.

Las AFP invierten en empresas que toman servicios de los bancos que están, en la práctica, en los directorios de las AFP o, como decíamos, peor aún, en sus comités de inversiones. Los banqueros tienen acceso a información relevante de esas empresas antes de que se haga pública e, incluso, a aquella que no es ni debería ser pública. Eso es tener información privilegiada y su uso está penado. ¿Cómo sabemos que no se utiliza? No sabemos.

Hace algunas semanas se hizo público el cambio del gerente general de Alicorp, tras arrojar una pérdida muy grande en el 2014. Cuando la empresa emitió S/.500 millones en bonos corporativos el 20 de enero, ya conocía dicha pérdida. El banco estructurador de la emisión de esos bonos fue Credicorp Capital, que es del grupo Romero, Alicorp es del grupo Romero y AFP Prima, que invierte en acciones y bonos de Alicorp, es del grupo Romero.

Aquí no hay ilícitos, pero cuando una AFP que no es del grupo compra casi la mitad de la emisión y se sorprende a los pocos días con la noticia de la pérdida, a uno le tincan cosas malas.