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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El último viernes la Secretaría de Hacienda mexicana anunció importantes recortes de su gasto tanto corriente como de inversión, y un presupuesto de base cero para el 2016, frente a una coyuntura internacional complicada para este país. Por un lado, ya era una economía con una tasa de crecimiento baja desde algún tiempo atrás, pero que tenía expectativas en que las recientes reformas estructurales y el aparente resurgimiento de EE.UU. le permitieran mejorar su ritmo de crecimiento. Pero la fuerte caída del precio del petróleo baja sus expectativas de atracción de nuevas inversiones; por ejemplo, el 36% de las licitaciones de la ronda uno de la reciente reforma de hidrocarburos se ha suspendido por tratarse de proyectos de alto costo frente a la situación de precios. En 2015, en términos fiscales, México está asegurado por un sistema de coberturas de precios y un fondo de hidrocarburos. Sin embargo, la señal de disciplina fiscal es importante para los mercados internacionales, más cuando aún no muestra mejoras en el Estado de derecho después de la crisis de los estudiantes de Ayotzinapa. En nuestro país, las señales económicas son todavía buenas, pero evitemos el desorden político pues afecta las perspectivas en general.