“Traigo la pus al tiempo presente: Martín Vizcarra traiciona a PPK, inicia su campaña de destrucción y entrelaza su rabo de paja con el otro largo y escandaloso de PPK”. FOTOS: JESUS SAUCEDO / GEC
“Traigo la pus al tiempo presente: Martín Vizcarra traiciona a PPK, inicia su campaña de destrucción y entrelaza su rabo de paja con el otro largo y escandaloso de PPK”. FOTOS: JESUS SAUCEDO / GEC

Traigo la pus al tiempo presente: Martín Vizcarra traiciona a PPK, inicia su campaña de destrucción y entrelaza su rabo de paja con el otro largo y escandaloso de PPK.

Ya en el poder, logra su sociópata reforma política. Y, con despreciables medidas, lleva al Perú al desgobierno, la corrupción y la dictadura de la toga. Con ese gobierno de fiscales y jueces, la emprende contra sus enemigos políticos y perseguidores de anticorrupción. Cuando ya eso no es suficiente, realiza un golpe de Estado y disuelve el Congreso (30/9/19), gobernando como dictador desde esa fecha y hasta después del nuevo Congreso, a cuyos miembros, y a nosotros, encerró en la más radical, absurda, inadecuada e inoperante medida de aislamiento total que destruyó nuestra economía.

Las patas cortas de sus mentiras patológicas, así como su sociópata corrupción sobre las vacunas, le explotaron en la cara y en la de sus ministros y, como no podía ser de otra forma, el nuevo Congreso lo vaca, asumiendo Merino la Presidencia. Después vienen acciones equivalentes a otro golpe de Estado que obligan a este último a renunciar, encargándose la Presidencia a Sagasti.

En todo este trance se inocula corrupción institucional a más no poder y hoy vemos maletas de dinero, compra de votos, fraude, instituciones incompletas, antitransparentes y parcializadas, además de muchas desvergüenzas que nos golpean hondo y duro.

Frente a esa hecatombe de corrupción, más de la mitad del país no le dará asueto a esa pus que sale a borbotones. A todos nos duelen tus heridas, pero no todos estamos infectados. Cómo nos dueles, Perú. Necesitamos limpiar tu cuerpo y curar tus heridas de una buena vez. Esa infección debe ser derrotada.