Juan José Garrido: A la vuelta de la esquina

“En la mente economista de PPK, no haber revertido la tendencia decreciente, ni haber despertado los espíritus empresariales, debe crear una gran decepción”.
Presidente Pedro Pablo Kuczynski señala que no se puede dar marcha atrás en los avances logrados en la educación.

Los economistas, por interés o deformación académica, solemos creer que los problemas nacionales se resuelven con mayor crecimiento, lo que en buen cristiano significa incremento del PBI. ¿Cómo crece el PBI? Ya sabemos: inversión privada, incrementos en productividad, mayor actividad empresarial, lo que a su vez demanda un buen entorno para hacer negocios, bajos costos de operación, y así. De ahí la necesidad de bajar las trabas regulatorias, mejorar la estructura tributaria y laboral, las ventajas del libre comercio y mercado… Es, como vemos, un circulo virtuoso: mayor crecimiento significa mejores sueldos, mayores rentas e impuestos, mayor gasto público, mejores servicios, mayor productividad y de vuelta a crecer.
Como buen economista, el presidente Pedro P. Kuczynski piensa lo mismo. Lo señaló claramente el 28 de julio y hace poco en una entrevista con CNN.

“Nuestro mayor fracaso –dijo– ha sido un crecimiento bien modesto”. Y debe ser cierto: en la mente economista de PPK, no haber revertido la tendencia decreciente, ni haber despertado los espíritus empresariales, debe crear una gran decepción.

Por muchas razones, creo que le haría bien al presidente Kuczynski dejar al economista PPK en el pasado. Sí, la economía es importante; y sí, la recuperación de la economía significa mayor recaudación para pagar las promesas políticas. Pero la economía no es lo más importante hoy: nadie invertirá un sol con huelgas, tensas relaciones con el Legislativo y poco apoyo popular; menos aún apostar grandes inversiones a un gobierno que no muestra manejo político ni cuenta con una estrategia razonable.

El mandatario está cerca de cumplir los 79 años. En sus cincuenta y tantos años de vida laboral ha visto de todo: desde golpes de Estado hasta milagros económicos, pasando por épocas funestas de terrorismo e hiperinflación. La palabra “crisis”, para él, debe significar algo mucho más crítico que para la mayoría de nosotros. Y cierto, no estamos en crisis; pero si lo económico y político siguen a este paso, ella se encuentra a la vuelta de la esquina.

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