Juan José Garrido: El primer paso

“¿Cómo pretenden los maestros que merecen ese trato respetuoso recibirlo si se entremezclan, por las razones que sean, con los objetivos políticos de los radicales?”
Huelga de profesores

Las generalizaciones nos están matando, si no lo han hecho ya. El caso de la huelga docente es inequívoco de esta práctica tan corrosiva, y en la que participamos (a nuestro pesar) la gran mayoría (para no generalizar).

Desde el gobierno hay quienes señalan a distintos líderes de la huelga docente que se encuentran ligados a dos facciones radicales, una de Sendero Luminoso (Movadef) y otra el Conare. Esto no debería ser sujeto de disputa: están las fotos, los actos de coordinación, los personajes identificados, en fin, todo lo que necesite el escéptico para convencerse. De esta realidad, saltan algunos para señalar a los docentes en huelga como terroristas, radicales, y un largo etcétera de epítetos similares que, en efecto, más que una exageración son un insulto. Las proporciones de uno y otro no son comparables, pero en la cúpula, en el liderazgo de la huelga, sí se encuentran personajes ligados a estos movimientos radicales. Ni “todos son terroristas”, ni tampoco “todos son maestros limpios e intachables que solo buscan mejoras en sus salarios y derechos”.

De estas generalidades se activan, en la otra orilla, generalidades similares. “El gobierno nos llama terroristas; no somos terroristas, somos maestros que exigimos un trato respetuoso”. Y claro que los maestros merecen un trato respetuoso, pero ¿qué hacemos cuando los líderes de la huelga, que exigen ser actores en las negociaciones, son personas identificadas con el Movadef? ¿Cómo pretenden los maestros que merecen ese trato respetuoso recibirlo si se entremezclan, por las razones que sean, con los objetivos políticos de los radicales?

Deshacer este nudo gordiano requiere que los actores válidos en huelga puedan, en efecto, conversar y negociar los alcances de sus diferencias. Pero los peruanos no podemos permitir que en esa mesa se sienten personajes ligados al Movadef y otros movimientos radicales. Por ello, son los profesores (aquellos que resienten dicha generalización) quienes deberían separarse de los mismos, haciendo visible así a los radicales. La búsqueda de soluciones estará maniatada mientras estén mezclados profesores y radicales.

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