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Censados (y cesados)

“¿A nadie se le ocurrió una versión mixta de encuestas presenciales y digitales? Sostener que era imperativa la observación ya sabemos que es falso”.

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Renuncia de Aníbal Sánchez fue aceptada por Mercedes Aráoz. (Mario Zapata)
Fecha Actualización
El listado de errores (con la vergonzosa y desgarradora violación sexual de una colaboradora) del proceso censal 2017 –realizado recientemente por el INEI– es uno de antología: un cuestionario ideologizado, mal diseñado y con preguntas mercantilistas, colaboradores mal preparados, acuerdos (con inexplicables privilegios) con entidades privadas, desorganización, mentiras y un largo etcétera. En resumen, paralizaron al país por un día entero, con un altísimo costo personal y económico para todos, cuando al final la entidad podía (y la prueba es que así se hizo después del censo) utilizar otras vías.
Que en pleno 2017 sigamos usando metodologías del siglo XIX ya debería ser una señal de alarma: ¿era necesario paralizar a todo el país? Ni en el primer censo norteamericano de 1790 ocurrió algo parecido. ¿Cuánto fue el costo personal, familiar, laboral para los 30 millones de peruanos (ya el censo corregirá, espero, la cifra exacta)? ¿Cuánto le costó a los empresarios, grandes y chicos, el cierre del país entero? Solo un conocido que es dueño de 4 restaurantes calcula en unos S/50,000 la facturación perdida. ¿Alguien se los devolverá?
El Instituto de Estadística e Informática (INEI) debería ser una entidad de primera clase en cuanto a equipos y metodología. ¿A nadie se le ocurrió una versión mixta de encuestas presenciales y digitales? Sostener que era imperativa la observación ya sabemos que es falso: a la casa de un familiar llegaron con la encuesta llenada, solicitando que solo firmen el formulario (por supuesto, exigieron empezar de cero en una plantilla nueva).
Hizo muy bien el gobierno en aceptar la renuncia de Aníbal Sánchez, jefe interino. Algunas cosas que nos quedan para la reflexión: primero, no nos equivocamos cuando aconsejamos al gobierno ppkausa revisar la planilla dejada por el gobierno nacionalista (aún quedan, imagino, organismos y cargos por revisar); segundo, es necesario que se identifique cómo se produjeron dichos contratos, quiénes son los responsables y que aclaren cómo serán terminados. Tercero, ojalá la data sea pública, de tal manera que al menos brinde un aporte científico y cognitivo.