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La industria de noticias falsas en Brasil
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Phillip Howard acaba de publicar Máquinas de mentiras y es fundador del Proyecto Propaganda Computacional de Oxford. En una revisión amplia de cómo las redes se han vuelto una amenaza para el debate político, recoge datos de la industria de noticias falsas en Brasil. Ello nos puede alertar de una manera más cercana sobre lo que se nos puede venir en las próximas elecciones.
Al menos desde 2014, en Brasil existen varias empresas que brindan el servicio de generar perfiles falsos en redes, para políticos y lobistas. El libro señala que han participado activamente y para diversos grupos políticos en las elecciones generales de 2014, la destitución de Dilma Rousseff y elecciones de Río de Janeiro en 2016 y la elección de Jair Bolsonaro en 2018.
Según testimonios recogidos, una persona gana alrededor de S/1,300 mensuales por manejar 20 perfiles falsos, principalmente en Facebook y Twitter. Más recientemente, estos perfiles han servido para participar de grupos de WhatsApp y Telegram y se cubren más redes sociales. El reporte completo sobre Brasil señala más evidencia sobre el uso de bots (cuentas falsas que generan contenido de manera automática).
Estos perfiles falsos manejados por humanos y su interacción con bots sirven para prestar diversos servicios. Muchas veces el contrato no es directo, sino a través de alguna agencia de marketing político, o incluso con doble subcontratación, para mantener el tema lo más oscuro posible. Como se finge que la generación de contenido es de personas reales, es mucho más difícil supervisarlo o restringirlo.
Una trabajadora describe su trabajo como “divertido e inspirador por la energía y creatividad necesaria para mantenerse competitivo, estar un paso por delante de la ley y adaptarse a las nuevas plataformas”. Grosera adrenalina transgresora.
En las elecciones de 2018, WhatsApp se usó para mentir descaradamente. Esta red de mensajería, visible solo por quienes son parte de los grupos, ha permitido que se divulgue información falsa con gran rapidez, a pesar de la restricción para reenvíos que se activa cuando algo circula velozmente.
La manipulación resultante ha sido medida en encuestas entre participantes de protestas, que creían mentiras propaladas por estos medios. Una de esas mentiras que caló en 2014 fue la nacionalización de 50 mil haitianos ilegales para que voten; suena familiar, ¿no?
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