La gran tentación. (GEC)
La gran tentación. (GEC)

El control de precios es tan antiguo como la civilización, siendo el código babilónico de Hammurabi (1750 a.C.) el vestigio más antiguo. Desde entonces, incontables gobiernos fracasaron al aplicar esta política y, desoyendo la historia, el Estado pretende transitar dicho camino. A continuación, tres medidas de control de precios en marcha y sus posibles consecuencias.

Primero, el gobierno ya se inmiscuyó en manejar el stock de medicamentos genéricos en locales privados, cuando los públicos son los desabastecidos. En paralelo, el anterior Congreso intentó controlar los precios de las medicinas. Los nuevos legisladores quizás retomen el tema.

Segundo, el Gobierno dispuso que en caso de traslado de la matrícula o retiro voluntario del estudiante, el colegio privado devolverá la cuota de ingreso de forma proporcional al tiempo de permanencia, desconociendo lo que, tras dos años de trabajo, los gestores de escuelas privadas acordaron con el Minedu. Tercero, pese a que el costo del internet fijo en el país se redujo en más de 50% en los últimos dos años, producto de la competencia, el Osiptel dispuso congelar las tarifas del que provee una empresa, lo cual excede el marco legal de las telecomunicaciones y de la Constitución, que establece que los precios se determinan en los mercados.

Con esto, lo que puede pasar es que: (i) los dominantes del mercado de medicamentos podrían replegar su oferta de no genéricos y vender los que generen mayor margen; (ii) los colegios podrían reducir cuotas de ingreso y trasladarlas a las cuotas mensuales y (iii) los proveedores de internet ya no competirían, con lo que los precios no seguirán bajando. Controlar precios es una gran tentación.