El CADE Educación 2024 llega en un momento en que el desarrollo de la cultura de bienestar en las instituciones educativas se ha convertido en una urgencia impostergable. Este año, el evento se centrará en la “Educación para el bienestar”. En un país donde las estadísticas de violencia escolar, ansiedad y estrés en estudiantes son alarmantes, se necesita un enfoque integral que promueva el bienestar en todos los niveles educativos.
El punto de partida es reconocer que la calidad educativa no puede ser alcanzada sin priorizar el bienestar de todos los actores involucrados.
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En este sentido, se deben fortalecer las estrategias de autocuidado para los maestros, proporcionando espacios y herramientas que les permitan gestionar su bienestar personal y profesional.
Desde la infraestructura hasta las relaciones interpersonales, todos los aspectos del entorno educativo deben ser considerados. La calidad de las interacciones entre estudiantes y docentes, así como entre los mismos docentes y las familias, tiene que ser uno de los pilares fundamentales de la cultura de bienestar en las instituciones.
Así mismo, no se puede seguir evadiendo la inclusión efectiva de la neurodiversidad en las aulas. Abordar las diferencias neurocognitivas con sensibilidad y recursos suficientes es esencial para crear entornos inclusivos donde todos los estudiantes puedan desarrollarse a plenitud.
Finalmente, es vital que este CADE impulse un cambio de paradigma donde el bienestar no sea solo un complemento en la educación, sino el eje central desde el cual se articulen todas las estrategias pedagógicas. Solo así podremos aspirar a construir un sistema educativo que forme ciudadanos plenos, capaces de contribuir positivamente a la sociedad.
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