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Juan Mendoza Pérez: Tacna y Arica
“La desconfianza y los temores se olvidan y disipan, se forjan nuevas amistades, los vínculos ancestrales se reaniman y fortalecen”.
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Economista
Un milagro de integración económica y social viene ocurriendo entre Arica y Tacna. Miles de personas cruzan la frontera cada día intercambiando bienes y servicios, cambiándole la cara a décadas de una relación difícil entre Perú y Chile. Santiago y Lima tienen mucho que aprender de Tacna y Arica.
Se estima que hay 5 millones de pasos fronterizos al año entre ambas ciudades. Los fines de semana es frecuente observar congestión vehicular en los 56 kilómetros que separan a Arica de Tacna. Los comercios tacneños suelen estar abarrotados de ariqueños. El grueso del comercio de Tacna con el mundo tiene lugar a través del puerto de Arica. Los pesos circulan en Tacna; los soles en Arica. La fuerza de la geografía económica acerca a ariqueños y tacneños.
Pero hay mucho más que economía entre Tacna y Arica. La desconfianza y los temores se olvidan y disipan, se forjan nuevas amistades, los vínculos ancestrales se reaniman y fortalecen. Y es que mucho nos une con nuestro vecino del sur. El pasado colonial compartido, la similitud cultural y la mirada común hacia los gigantes asiáticos al otro lado del Pacífico, para no mencionar los miles de chilenos con familias peruanas y viceversa.
La historia de éxito entre Arica y Tacna es solo una muestra del enorme potencial que ofrece una mayor integración entre el sur del Perú y el norte de Chile. El ingreso per cápita de Arica y Tarapacá es el doble que el de Tacna, Moquegua y Arequipa. Pero la población de estos departamentos peruanos es tres veces la de las dos regiones chilenas. Tales diferencias estimulan la especialización productiva y el intercambio comercial con beneficios mutuos para peruanos y chilenos.
Pero mayor integración entre el norte de Chile y del sur del Perú requiere que las autoridades nacionales de ambos países colaboren estrechamente. Un único control fronterizo parece obvio, así como coordinación para la explotación del rico recurso pesquero que compartimos. Poder abastecer de electricidad o gas al norte chileno, en que la energía es tres veces más cara que en el Perú, es otro ejemplo concreto de oportunidades no aprovechadas. Sería bueno saber qué piensan los candidatos presidenciales sobre nuestra relación con Chile.
Peruanos y chilenos debemos dejar atrás las divisiones que nos arrastraron a la guerra en el siglo XIX. Santiago y Lima pueden hacer mucho para que, en el siglo XXI, Perú y Chile utilicen la integración económica y cultural como herramienta de progreso económico y social. Arica y Tacna son ejemplo del camino por seguir.
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