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Juan Mendoza: Lava Jato: Las manos sucias de la corrupción
La corrupción tiene el potencial de destruir la fábrica social y la legitimidad del sistema político”.
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El terremoto Lava Jato sacude los cimientos de la economía y política en el Brasil. Se habrían pagado miles de millones de dólares en coimas, las que eran lavadas, en parte y en el colmo de la ironía, a través de estaciones de servicio que usaban el lavado de autos como pantalla. El país está en vilo, paralizado por lo que podría ser el caso más grande de corrupción en la historia de América.
La investigación no conoce intocables. Han sido ya condenados Paulo Costa, ex director de Petrobras, y Alberto Youseff, estafador que fungía de empresario. Están detenidos políticos y empresarios icónicos como José Dirceu, Eduardo Amaral, Marcelo Odebrecht y Otavio Azevedo. La Corte Suprema ha decidido enjuiciar a Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados. La Policía Federal ha allanado la morada del ex presidente Lula. Y la mismísima presidenta Rousseff podría estar involucrada.
¿Qué lecciones nos deja Lava Jato? 1. Que la corrupción tiene el potencial de destruir la fábrica social y la legitimidad del sistema político. Por eso, es imperativo tener procuradores anticorrupción independientes y revisar, ipso facto, los contratos y concesiones de las empresas investigadas en el Brasil que operan en el Perú. Y si se comprueba corrupción, a estas empresas debe prohibírseles contratar con el Estado peruano a perpetuidad.
2. Que la corrupción tiene un gigantesco costo que va mucho más allá de las coimas. La economía brasileña ha caído casi 4% en el 2015 y se prevé una contracción similar para el 2016. El verdadero costo de la corrupción es que se hacen proyectos ineficientes que no se necesitan, como autopistas en medio de la selva sin tránsito, o refinerías que no tienen petróleo para refinar. Asimismo, un sistema corrupto ahuyenta la inversión de las empresas que no roban.
3. Que en países con instituciones débiles, las empresas estatales, como Petrobras, son caldo de cultivo ideal de la corrupción. Bajo la excusa de promover el desarrollo de "sectores estratégicos", como la explotación de hidrocarburos o la búsqueda de la "seguridad energética", se termina con una lamentable mezcla de ineficiencia, dispendio y robo.
4. Hay que evitar a toda costa que las investigaciones de corrupción que se den en nuestro país reduzcan aún más la inversión pública. No podemos seguir deteniendo la marcha de nuestra economía. Los últimos círculos del infierno de Dante están reservados para los corruptos y los traidores. Y no hay peor traición al bienestar social que permitir, con nuestra indolencia, el cáncer de la corrupción.
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