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Juan Mendoza: "El Jorge Chávez está como la selección: al borde del colapso"
Si no se construye pronto la segunda pista, nuestro principal terminal aéreo no podrá atender la demanda que enfrenta. Y el único responsable de que no se expanda el aeropuerto es el Estado peruano.
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El Jorge Chávez está como la selección: al borde del colapso. Si no se construye pronto la segunda pista, nuestro principal terminal aéreo no podrá atender la demanda que enfrenta. Y el único responsable de que no se expanda el aeropuerto es el Estado peruano.
El Jorge Chávez opera por encima de su capacidad, estimada en 10 millones de pasajeros. El año pasado recibió 17 millones. Y aunque el concesionario, Lima Airport Partners, hace malabares para acomodar más usuarios, la congestión y los tiempos de espera van en aumento. El aeropuerto de Bogotá nos ha superado como el de mejor servicio en la región en el 2015. Se necesita a gritos la segunda pista. El Estado se comprometió a entregar los terrenos para su construcción a más tardar en el 2004. Doce años después seguimos esperando.
Las pérdidas por no ampliar el aeropuerto son enormes. Se pierden 950 millones de dólares en inversión, presupuesto de la ampliación, que el concesionario está desesperado por hacer. Se pierden inversiones de aerolíneas que no pueden crecer en Lima. Se pierden los ingresos y el empleo que un mayor flujo de turistas traería. Bajo el supuesto conservador de que con la segunda pista se recibiría un millón más de turistas, cada año perdemos 1,300 millones de dólares en divisas. Y, en kafkiana ironía, el propio Estado pierde recursos pues el 46.5% de los ingresos del concesionario engrosa las arcas fiscales. El Estado deja de percibir al menos 100 millones de dólares anuales en impuestos y transferencias al Tesoro, Corpac y Ositran.
Como es usual, los sucesivos ministros le han echado la culpa del atraso en la entrega de terrenos a sus predecesores y a la dificultad de coordinar con otras entidades públicas o empresas privadas. Lamentables excusas. Pues ¿qué lógica perversa explica que hagamos elefantes blancos, como Talara, en lugar de permitir que la inversión privada expanda nuestra infraestructura aérea? ¿Cómo así se puede eximir a la Interoceánica del Sur del SNIP pero le ponemos barreras al crecimiento del aeropuerto? ¿Tan distorsionados están los incentivos y las prioridades?
¿Qué diversificación productiva habrá si ni siquiera permitimos que la ampliación del Jorge Chávez nos traiga valiosos dólares? Y ni hablar de los aeropuertos del interior: el tráfico al Cusco estuvo suspendido un día entero porque no se podía remolcar un avión.
La ineficiencia en la gestión estatal es mucho peor que no ir al Mundial. Si este gobierno quiere meter un gol en el último minuto, así sea el del honor, que por favor no demore más la ampliación del aeropuerto.
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