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Juan José Garrido: Sin rumbo
“Lo que se resume de todo esto es una situación muy delicada. Para empezar, el círculo partidario no ayuda, claramente”.
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A la salida de un cónclave partidario, el presidente Pedro Pablo Kuczynski arremetió contra el fujimorismo, su lideresa y el diálogo en el cual había participado tan solo unos días antes. Entre las frases, la más destacada fue:
"No nos dejaremos pisar por una mayoría en el Congreso que ganó la primera vuelta y no la segunda que es la que vale". En la foto, captada a la salida de la reunión, se observa a unos satisfechos y alegres congresistas (Gilbert Violeta y Salvador Heresi) y asesores (Jorge Villacorta).
No es difícil imaginar lo que pasó. Después de la cita del mandatario con la lideresa del fujimorismo en la casa del cardenal Juan Luis Cipriani, los áulicos salieron a vapulear al presidente Kuczynski y a su partido con todo.
Al presidente lo tildaron hasta de cobarde y pusilánime. Y, claro, en la última rueda sus correligionarios le deben haber sacado en cara estas críticas y exigido mayor dureza contra el partido naranja.
No es la primera vez que el mandatario cambia de opinión o de conducta. Cuando eligieron a los miembros del Banco Central de Reserva, el presidente tuvo unas primeras declaraciones muy favorables sobre uno de los nuevos integrantes, José Chlimper. Pero a los pocos días, ante las críticas de sus congresistas, salió para desdecirse.
Quienes conocen bien al mandatario sostienen que siempre ha sido así; que no le gusta la confrontación y que, por lo tanto, trata de quedar bien con sus colaboradores. También aluden a su formación de tecnócrata y banquero de inversión, como señalando una incapacidad innata para la política.
Lo que se resume de todo esto es una situación muy delicada. Para empezar, el círculo partidario no ayuda, claramente. De su bancada solo son rescatables un par de personas; al resto podría darles las gracias y sacarlos de su listado personal. Luego sus asesores personales: o no tiene, o los que tiene no sirven. Ojalá estos días los destine para identificar un rumbo, ya que en su auto vamos de acompañantes unos 31 millones de peruanos.
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