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Juan José Garrido: Ni miedo ni impunidad

“En esta red, amplia y ambiciosa, no hubo dos o tres personas; participaron decenas y tal vez una centena de corruptos”.

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Como era de esperarse, ayer el fiscal Germán Juárez (Fiscalía de Lavado de Activos) solicitó la prisión preventiva del ex presidente Ollanta Humala y de su esposa, la Sra. Nadine Heredia. Y como era de esperarse, no tardaron los nadinistas en salir a desinformar y deslegitimar las acciones de dicha fiscalía.

La solicitud se basa en los presuntos delitos de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir. Nada de esto es nuevo, por cierto: Perú21 viene adelantando estas hipótesis hace casi dos años, desde la publicación de las agendas, pasando por la red constituida, hasta la identificación de la Sra. Heredia, en junio pasado, como presunta "cabecilla de una red criminal".

A nadie puede, pues, llamarle la atención esta solicitud.

Según nuestras fuentes fiscales, las pruebas contra la Sra. Heredia son "más que indiciarias"; léase, van más allá de simples indicios, con lo cual la Fiscalía espera que el juez Richard Concepción Carhuancho se pronuncie positivamente.

La pareja Humala-Heredia dejó una larga estela de señas sobre sus oscuras acciones, y casi cada concesión, obra y proyecto entregado es hoy producto de sospechas: los casi US$17,500 millones entregados en tres megaproyectos (Talara, Línea 2 y Gasoducto del Sur), la compra de armas, los pasaportes, y un larguísimo etcétera que tiene como punto de partida cronológico la entrega de dinero sucio para sus campañas electorales (señalado por Marcelo Odebrecht, Jorge Barata y otros, reseñado asimismo en sus agendas).

Ahora lo importante: estos crímenes, de haberse producido como todo indica, no parten ni acaban en la pareja presidencial. Premieres, ministros, funcionarios, presidentes de organismos, gobernadores, alcaldes, empresarios, entidades financieras, medios y periodistas –en fin, todos– tienen que pasar por los juzgados correspondientes. Alguien redactó mal esos contratos, alguien facilitó los recursos, alguien pagó y cobró coimas, alguien colaboró con portadas y columnas, y así. En esta red, amplia y ambiciosa, no hubo dos o tres personas; participaron decenas y tal vez una centena de corruptos. Ojalá la justicia sea igual para todos.