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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Interesante y oportuna la entrevista del presidente Kuczynski publicada ayer en el diario Gestión. Para empezar, nos recuerda las grandes fortalezas del mandatario: conocimiento amplio del Perú, sus retos y oportunidades; de los distintos sectores productivos (a un nivel experto en muchos de ellos); y, sobre todo, el cariño que siente por su patria, su vocación democrática y también, como es obvio, los rasgos más importantes de su personalidad (por ejemplo, su desdén por el populismo y algunas críticas que recibe).

Muchos economistas se han aventurado a señalar que el 2017 será o muy parecido al 2016 o un poco inferior en cuanto a crecimiento económico. El presidente Kuczynski, otrora ministro de Economía, calcula que creceremos 5%, lo cual suena muy bien e imagino que confía en sus datos y sentido técnico.

Dicho esto, no hay duda de que el potencial de crecimiento bien puede estar en 5% (e incluso 6% o 7%); todo dependerá, como sabemos, del desarrollo de ciertos proyectos emblemáticos, sobre todo en minería, gas, infraestructura y transporte. No obstante, ahí es donde saltan los condicionales: con ellos, el 5% está garantizado. Pero, ¿y sin ellos? Aquí reside una de las claves de este gobierno.

Si el área de solución de conflictos de esta administración no funciona adecuadamente (adelantándose a los problemas, trabajando con un marco estratégico, con operadores locales, desplegando al Estado en las zonas, etcétera), la mayoría de esas palancas de desarrollo no funcionarán como el mandatario espera. Sin recursos, este gobierno no logrará sus objetivos planteados: incentivar al sector privado y cerrar las brechas sociales, para empezar. Por ello, y de nuevo, deberán poner todo el interés y esfuerzo en crear un área moderna, técnica y, sobre todo, despercudida de los paradigmas ideológicos que la rodean.

La entrevista deja un pequeño espacio a la crítica: la lectura del mandatario sobre su caída en la popularidad. Erróneamente señala el caso Moreno como el detonante. No es así: la caída se empieza a producir antes, el caso Moreno la acentúa y luego una serie de errores mantiene la tendencia. Es necesario que el gobierno la revise y corrija.