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Juan José Garrido: Cuidado con lo que pides
“¿El culpable quién es? ¿La prensa? ¿Las encuestadoras? Esas son mentiras para hacernos sentir mejor. Sabemos quiénes son los culpables”.
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Las encuestas no están acompañando al presidente Kuczynski. Salvo algunos lunáticos o hiper-partidizados, nadie puede estar contento con ello. Si a PPK no le va bien, no les va bien a 31 millones de peruanos (incluyendo aquellos que creen que les podría ir mejor con su opción política en el poder).
Las razones de dicha desilusión las conocemos: los ciudadanos sienten que no hay avances en seguridad, corrupción y economía, así como en salud y educación. Pero han pasado solo 100 días… ¿qué esperaban? ¿En verdad debimos asumir que en tres meses los peruanos estarían todos nutridos, que erradicaríamos el analfabetismo y la corrupción, que caminaríamos por las calles tan seguros como en Suiza? Porque si es así, el problema no es PPK.
Algún lector ya habrá saltado de su asiento, y estará pensando "bueno, no espero eso, pero tampoco que sigan matando a cualquiera por un celular, no hay trabajo, toman una mina y nadie hace nada…". Sí, también pienso eso, pero haciendo un poco de esfuerzo, no es menos cierto que hay avances –así sean menores– y, sobre todo, hay personas que quieren hacer las cosas bien.
El problema con el "todo está mal, nada funciona" es la derivada: "que se vayan todos". ¿Y para que venga quién? En esa línea de infantilismo, los cubanos le entregaron la isla a Fidel Castro y los venezolanos sus riquezas a Hugo Chávez; y en esa línea ganó Evo, Correa, Ortega… y miren dónde están con ellos. En fin, que en esa línea tendremos mañana a Goyo, a Antauro o –créanlo o no– a alguien peor, y ahí quiero ver si PPK era lo que hoy pensamos.
¿Puede, en verdad, alguien creer que con Verónika Mendoza estaríamos mejor en noventa días? ¿Y con Keiko Fujimori?
Hay, sin duda, mucho por corregir, pero siempre es fácil desde el otro lado del escritorio; y no, a ellas también les hubieran incendiado la pradera.
¿El culpable quién es? ¿La prensa? ¿Las encuestadoras? Esas son mentiras para hacernos sentir mejor. Sabemos quiénes son los culpables. Y somos nosotros, los siempre disconformes.
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