El sabor amargo dejado en el Perú por el informe de la CIDH sobre los hechos de violencia criminal posteriores a la caída de Pedro Castillo se agudizó esta semana con las expresiones de la presidenta Dina Boluarte, que dijo no tener “mando ni comando” sobre las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para tomar distancia sobre las muertes ocurridas. (FOTO: AFP/GEC)
El sabor amargo dejado en el Perú por el informe de la CIDH sobre los hechos de violencia criminal posteriores a la caída de Pedro Castillo se agudizó esta semana con las expresiones de la presidenta Dina Boluarte, que dijo no tener “mando ni comando” sobre las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para tomar distancia sobre las muertes ocurridas. (FOTO: AFP/GEC)

El sabor amargo dejado en el Perú por el informe de la CIDH sobre los hechos de violencia criminal posteriores a la caída de Pedro Castillo se agudizó esta semana con las expresiones de la presidenta Dina Boluarte, que dijo no tener “mando ni comando” sobre las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para tomar distancia sobre las muertes ocurridas. Este hecho ha sido interpretado por el sector uniformado como una “sacada de alfombra” o una traición a quienes defendieron la democracia y sostienen con convicción su gobierno de transición. Con algunos reflejos ha enmendado rápidamente su error (político), gritando a voz en cuello su apoyo incondicional a los militares y policías. No faltaba más.

Por otro lado, creemos que la mandataria debe tener claro que, cuando se sale de la izquierda bajo una lluvia de “piedras” y maldiciones de quienes fueron sus aliados, no se retorna jamás. Ellos jamás le perdonarán haber asumido la presidencia y reemplazar al corrupto Pedro Castillo, aduciendo traición, y, además, haberse “pegado a la derecha”. Ese es el verdadero talante de intolerancia de estos grupos que creen que la consigna es “conmigo o contra mí”.

Nos preocupa asimismo que no se tenga una posición férrea en el tema de las mentiras de la CIDH, salvo por la conferencia de prensa que dio pronunciándose con extrema prudencia. Todos esperábamos una carta dirigida a la CIDH criticando duramente el contenido injurioso del armatoste de informe, y desconocer su legitimidad. Por otro lado, la falta de una explicación técnica, científica y jurídica ante la población para fundamentar que las muertes de quienes atacaron a nuestras FF.AA. y PNP, no son “ejecuciones extrajudiciales” y mucho menos que es una política de estado este tipo de actividades criminales. Fundamentos en este sentido hay, y de sobra, úselos.

Tampoco la hemos visto hacer el gesto político de anunciar que debemos salir de la CIDH, quienes, al final de todo, se volverán sus eternos verdugos porque de todas maneras ordenarán su enjuiciamiento y encarcelamiento. No caiga en “acto de lealtad” con una izquierda que solo la quiere pulverizar. Más firmeza, señora, nada pasará, usted no volverá jamás a las canteras de la izquierda, y no porque no lo merezca o no deba, sino que, no la dejarán. ¡Reaccione!

Es momento de ponerse del lado correcto de la historia, y eso se hace luchando contra todos los totalitarismos, los de izquierda y de derecha. Es momento de volcarse con todo a defender a los ciudadanos con una estrategia de seguridad ciudadana correcta, eficaz, que alivie sus angustias por la inseguridad. Es momento de salir de la CIDH y la mayoría de los peruanos se lo agradecerá. A veces, señora, no basta que el león pasee orondo por la selva, sino, también tiene que mostrar los dientes a sus depredadores. Más posición, más solidez y menos actitud de izquierda, que ya no corresponde. ¡Sí se puede!

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