PUBLICIDAD
Irán y Corea del Norte
Imagen
Fecha Actualización
Que EE.UU. tenga una política exterior inflexible con Irán, pero mucho más condescendiente con Corea del Norte, puede ser una contradicción. En principio, ambos países constituyen para EE.UU. una amenaza nuclear, con una pequeña diferencia: Corea del Norte ha demostrado tener armas nucleares, Irán todavía no. Entonces, ¿no se debería ejercer más presión sobre aquel país que realmente tiene la capacidad de afectar intereses estadounidenses?
El gobierno de EE.UU. parece partir de la premisa de que la única manera de tratar a estos países es mediante la presión. Los halcones que acompañan a Trump están convencidos de que Corea de Norte está cediendo debido a las sanciones impuestas en este último año. Mientras que, tratándose de Irán, el acuerdo nuclear firmado en 2015 reduce las sanciones, poniendo límites al país persa para el enriquecimiento de uranio, pero no para el desarrollo de misiles balísticos o respecto al apoyo que realiza a organizaciones como Hezbollah, temas que Irán no pretende negociar. Bajo esta lógica, resulta necesario cuestionar dicho acuerdo y presionar a Teherán para que siga el mismo camino de Corea del Norte.
No obstante, el cambio de la política exterior de Kim Jong-un hacia una menos hostil con la potencia mundial se debería al desarrollo nuclear y de misiles balísticos alcanzado, lo cual le permite amenazar territorio continental estadounidense y, por ende, proponer una negociación en otros términos. Fácilmente Irán podría seguir el mismo camino. En un contexto tan negativo para sus intereses, reiniciar el programa nuclear no necesariamente sería una mala opción.
Trump tiene hasta el 12 de mayo para decidir si desconoce o no el acuerdo nuclear con Irán. Esta decisión puede resultar fundamental para la seguridad del mundo.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD