Aunque quizás no cuaje la totalidad de sus propuestas, la iniciativa –tal como anda nuestra clase política, tan huérfana de ideas, contaminada de intereses subalternos, a menudo delictivos, y liderazgos de escasa credibilidad– es ciertamente valiosa. Como se repite en la calle, que se vayan todos, sí, pero que tampoco regresen o, tras ellos, vengan otros peores.