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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Vi y escuché el discurso del presidente Ollanta Humala, que fue una rendición de cuentas de lo que se viene haciendo y algunos anuncios sobre lo que debería hacerse en el futuro. Me quedé, como siempre ocurre en estas ocasiones, con algunas preguntas y luego asistí, siempre desde mi sillón ante la TV, al desfile de opositores y oficialistas a los distintos programas con los que nuestra pantalla chica nos premia o nos castiga –no estoy seguro de cuál es la palabra correcta a pesar de que son antónimos– cada fin de semana y cada 28 de julio.

Allí se acusó al mensaje presidencial de no proponer ideas que calentaran el debate. Dicha objeción fue hecha sin aportar conceptos que obligaran a un replanteo crítico y citando, a veces, ejemplos destinados al olvido. Rescato la mención presidencial de la necesidad de industrializar y también el "¿cómo?" de los comentaristas. Ambos, mención y pregunta, deberían ser, desde ya, objeto de un gran debate nacional. De una convocatoria a la creatividad y a la innovación. Por allí discurrirá el futuro en un tiempo en el que las exportaciones locales bajan su cotización en los mercados internacionales. El tema ya está instalado, vagamente por el momento, pero presente en muchos más ciudadanos de aquellos que tienen oportunidad de expresarse en los medios. Repatriar a quienes podrían contribuir a este proceso es una idea que flotó en el discurso presidencial. Sin descalificar la crítica, la tarea es calentar los ítems tibiamente sugeridos. Dicho esto en caso que, me obligo a suponerlo, el país está por sobre los intereses sectoriales.