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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

'Lópezgate', 'Martíngate', Roy Gates. En las últimas semanas, el ruido político se ha hecho insostenible porque han seguido creciendo los indicios y verosímiles especulaciones sobre hombres cercanos al presidente que han tenido comportamientos indebidos y a quienes estamos ayudando a recobrar la memoria. La incómoda prensa no ha cesado en recordarle las actividades dudosas, insistentes llamadas telefónicas e impropias reuniones de sus más cercanos colaboradores con el ex operador de Montesinos Óscar López Meneses y el más buscado del ubicuo Urresti, Martín Belaunde Lossio. Más allá del 'cierrafilas' oficialista alrededor del ministro de Justicia, Daniel Figallo, y el asesor presidencial Eduardo Roy Gates, antes abogado personal de Ollanta Humala en casos emblemáticos como Madre Mía, ha sido evidente el interés de ambos en que el otrora amigo, proveedor ¿y socio? de la pareja presidencial encuentre fórmulas para librarse de la cárcel a través de una colaboración eficaz. La ex procuradora Yeni Vilcatoma, despedida en vivo y en directo por un exaltado ministro, les ha salido corajuda y respondona. Parece que el gobierno pensó que sus fichas en el tablero de ajedrez llamado Belaunde Lossio estaban moviéndose con maestría, pero se equivocaron y están quedando como 'calichines'. Recordemos que, al explotar el escándalo, el propio mandatario pidió tener cuidado con "las honras" y la familia del ex amigo. Más adelante, cuando la bola siguió creciendo, cambió su discurso y hasta la primera dama le solicitó públicamente que "mejor se entregue". Otro hombre del presidente, como el dos veces ministro José Urquizo, resulta que habría almorzado con el "resguardado" López Meneses en Batallón Libres de Trujillo y que hablaba con frecuencia por teléfono con él. Ni qué hablar de las más de 400 veces que se comunicó su otro asesor, Adrián Villafuerte ('El Ácido'), con el entonces director de la Policía durante la época de la ilegal custodia policial. Muy peligroso que Belaunde Lossio y López Meneses se conviertan en un Watergate peruano.