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Hipoteca prevenible
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http://blogs.educared.org/espaciodecrianza
William Checkley es un médico que trabajó intensamente en el impacto de El Niño en el norte de nuestro país. Tiene un interesante estudio de cómo los habitantes de comunidades rurales vivieron los efectos de 16 veces más lluvia que lo normal sobre sus vidas en 1997/1998. Necesidades básicas, patrones migratorios, empleo, salud sufrieron cambios radicales que han dejado huellas y marcas poderosas en la mente colectiva. En 2008, el científico que trabaja en la Universidad Johns Hopkins y su equipo constataron un hecho adicional con respecto de la talla de 2,000 menores entre 7 y 17 años: se revirtió una tendencia previa a mayor crecimiento físico, ya que los que provenían de las zonas más afectadas eran cuatro centímetros más bajos, en promedio. El efecto se mantiene en niños que nacieron hasta 3 años después de la catástrofe climática.
La disminución en la producción de alimentos y la diseminación de malaria y diarrea pueden explicar lo anterior, que se acompaña de una menor masa muscular, mayores riesgos cardiovasculares y problemas en el desarrollo cognoscitivo y emocional. Los seres humanos medimos nuestra impotencia cuando enfrentamos fenómenos naturales. Nadie puede evitar el fenómeno de El Niño, pero es un fenómeno cíclico, que define escenarios probables, que es precedido por ciertos indicadores. La sociedad en su conjunto, comenzando por sus autoridades, debería, sobre todo cuando tenemos certeza de las duraderas y terribles hipotecas sobre el futuro de miles de niños, tener algunos planes de contingencia.
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