/getHTML/media/1232684
Romy Chang sobre incautación de cuentas de Vladimir Cerrón
/getHTML/media/1232691
Luis Villanueva sobre asesinato de dirigente de construcción civil: "Van 4 este año"
/getHTML/media/1232566
Omar Neyra: "Es muy sospechoso que ahora Podemos Perú quiera la Comisión de Salud"
/getHTML/media/1232688
¿Qué opinan los peruanos del 'Impuesto Netflix'? en Ciudadanos & Consumidores
/getHTML/media/1232561
Joel Calero y la herida abierta del Perú en Ciudad de Cuentos
/getHTML/media/1232299
José Enrique Escardó sobre decreto del Vaticano: "Es una lavada de cara, no hay sanción penal"
/getHTML/media/1232296
Miguel Pérez Arroyo abogado de Harvey Colchado: "Es una represalia del Ejecutivo" | La Voz del 21
/getHTML/media/1232274
José Baella sobre Vladimir Cerrón: "Las autoridades no pueden cesar en su búsqueda"
/getHTML/media/1232146
Óscar Urviola sobre ley de lesa humanidad: "El TC debe zanjar la discusión"
/getHTML/media/1232036
Cynthia Martínez nos habla sobre su libro 'Esposo mío. Mi historia íntima con Pedro'
PUBLICIDAD

Hipócritas

"Las evidencias del fraude son innumerables, desde el control de las instituciones electorales y del sistema de justicia, que ciertamente son presididos por militantes del chavismo, que en su momento hasta fueron electos diputados y se convirtieron en fervientes defensores del régimen". 

Imagen
Richard Arce.
Fecha Actualización

Estamos siendo testigos de uno de los fraudes más groseros que se han dado en tiempos contemporáneos en Latinoamérica, con la connivencia de amplios sectores de izquierda, que incluyen a los gobiernos de México, Colombia y Brasil, que estaban llamados a ser el péndulo en esta controversia y a ayudar a organizar la salida del dictador Nicolás Maduro; una responsabilidad histórica que seguro habría marcado un hito mundial, con un mensaje político de una izquierda responsable, democrática y autocrítica.

Pero no, prefirieron la tibieza, los circunloquios en sus mensajes confusos y esa complicidad porque dizque hay una afinidad ideológica, pero me pregunto qué afinidad podría tener un hombre o una mujer de izquierda con un trafero que no respeta los resultados electorales, un violador de derechos humanos, por la represión violenta a los manifestantes, la captura y detención de opositores y sobre todo los cientos de desaparecidos que tiene este régimen nefasto.

Las evidencias del fraude son innumerables, desde el control de las instituciones electorales y del sistema de justicia, que ciertamente son presididos por militantes del chavismo, que en su momento hasta fueron electos diputados y se convirtieron en fervientes defensores del régimen. ¿Qué transparencia e imparcialidad les puedes pedir?

Por eso, se da la manipulación de cifras de los resultados electorales, pero que se han evidenciado por su improbabilidad matemática, al tener porcentajes redondos o que, en su último comunicado del CNE, menciona que se ha escrutado al 96.87% de actas y también el mismo porcentaje de votos, lo cual es un imposible matemático. Ni para estafar con los resultados electorales sirve este régimen desastroso en el manejo económico y la dilapidación de los recursos públicos.

Por eso la indignación de ver a los conspicuos líderes de izquierda avalando este desastre y la pretensión de perennizarse en el poder a la mala. No puede ser tanta la miopía política -aunque algunos definen mejor como hipermetropía-. Aquí no escapan hasta nuestros supuestos dirigentes de la izquierda trasnochada, que hoy se han unido para defender al sátrapa de Maduro, no se sabe a título de qué, tal vez sea porque les paga como veedores.

Lo mismo sucede con la extrema derecha, que aúpa al otro dictador -Fujimori- y se rasga las vestiduras reclamando a Maduro y aquí en el Perú fueron cómplices de la represión a manifestantes y fueron especialistas en torcer la voluntad popular de una elección; el doble rasero más vigente que nunca.