Paolo Guerrero habría sido víctima de una contaminación cruzada (Foto: GEC)
Paolo Guerrero habría sido víctima de una contaminación cruzada (Foto: GEC)

Paolo Guerrero acudió a todas las instancias para demostrar su inocencia. Algunos lo acusaron de drogadicto. Le dijeron cocainómano, pero dio la cara. Eso es bastante valiente en un país donde una denuncia suele ser una sentencia. Se defendió con consistencia y mantuvo su versión. Se enfrentó a los medios y a sus detractores que aprovecharon el momento para hacerlo leña.

Los adjetivos que le llovieron en redes fueron injustos, igual que la sanción que lo alejó por meses de la cancha y de su trabajo. Aun así, cumplió su condena, pero hoy sale una versión de los hechos bastante creíble que demostraría su absoluta inocencia, una sobre la que varios nunca tuvimos dudas.

Si finalmente se comprueba que la razón de todo ese infierno por el que pasó Paolo fue por ingerir los restos de hojas de coca en una taza mal lavada, no debería haber duda de que el Swissotel, que negó todo por meses, estará obligado a pagar una reparación millonaria por el daño monumental que le hizo a su imagen y reputación, aparte, por supuesto, de la responsabilidad penal de quienes conscientemente habrían escondido la verdad. Las declaraciones de los trabajadores que hoy aparecen arrepentidos no pueden ser pasadas por agua tibia.

¿Y qué pasó con la FPF en ese momento? Siempre me ha quedado ese sabor amargo. ¿No le creyeron a Guerrero? Insistieron en seguir usando el hotel a pesar de las dudas que existían y contra la palabra del capitán.

Si algo bueno podría salir de todo este drama, es que, como escribe el dramaturgo Eduardo Adrianzén, el caso sirve para que padres y educadores den un mensaje contundente a los niños: “Si eres honesto y no lo creen, lucha por tu honor, jamás te calles ni huyas, ni te escondas, acude a todo para defenderte. ¿Ves? La verdad siempre se sabe”.

TAGS RELACIONADOS