José Cavassa es acusado de integrar la organización criminal "Los cuellos blancos del puerto". (Foto: Policía Nacional)
José Cavassa es acusado de integrar la organización criminal "Los cuellos blancos del puerto". (Foto: Policía Nacional)

Desde prisión, José Cavassa, inculpado en el caso Los Cuellos Blancos, declaró judicialmente que participó en la campaña electoral de Kuczynski (enero-junio de 2016), dizque formando personeros ‘pepekausas’. Cavassa, vinculado estrechamente a Montesinos, estuvo preso por falsificar firmas en el gobierno de Fujimori. Trabajó en la ONPE y en los corrillos políticos lo consideraban como “quien te hace ganar una elección”, probablemente con malas artes.

Por su oscura trayectoria, Cavassa desprestigia al partido que lo contrate, resultando imposible que PPK, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, integrantes del comité de campaña, no supieran de su existencia. El personero del partido, Carlos Portocarrero, asumió la responsabilidad de tan turbia contrata. Pero también declaró que la plancha presidencial sabía de la presencia de Cavassa. Improbable que hayan estado en los paraísos artificiales.

El fustán de Cavassa es grande. Gilbert Violeta, ‘pepekausa’, le pagó sus emolumentos. Diarios afines al régimen remarcaron que Cavassa influyó en el nombramiento de Manuel Cox Ganoza, jefe de la degenerada ONPE. Al asumir el cargo, declaró que su designación fue sugerida por Transparencia, ameritando un esclarecimiento. Quienes saben afirman que la ONPE está ‘sembrada’ de gente de Cavassa. Su actuación en las regionales, municipales y eventualmente el referéndum genera grandes dudas.

El oficialismo y el ministro de Interior vociferan que el fujimorismo y el aprismo (¿será la alianza corrupta que ha denunciado el presidente a CNN?) “digitan” al fiscal de la Nación para perseguir políticamente (sic) a ex ministros humalistas y ‘pepekausas’, pese a estar seriamente comprometidos. Defienden a sus ‘patas’.

Nos machacan que quien no impulsa el referéndum está a favor de la corrupción, creyéndonos tontos. Es un gran disparate: la bicameralidad, la no reelección, la participación femenina no combaten a los sinvergüenzas. Pero la recolección de firmas para el referéndum ya inició una campaña política, una fanfarria electoral.

En democracia, los votos se buscan vía los partidos, no de ONG como Transparencia, creadora de una red cívica por el referéndum. La integran ex ministros de PPK y Humala que jamás dijeron ni pío sobre la corruptela en estos regímenes. Si realizan una campaña electoral, deben rendir cuentas sobre quién la financia. La práctica política tiene sus reglas.

Igualmente la Iglesia –que recibe dinero del Estado– ha involucrado a la Conferencia Episcopal en esta campaña. ¿El Papa lo aprueba? ¿Mostrarán sus gastos? No parece importarle que 78 mil kits antifriaje no lleguen donde mueren de frío, menos el lacerante incremento de la anemia. Mientras, el presidente desliza que pediría cuestión de confianza si no prospera el referéndum. ¡Patapúfete!