Duró solo seis meses en la Fiscalía de la Nación por sus nexos con Los Cuellos Blancos. (Perú21)
Duró solo seis meses en la Fiscalía de la Nación por sus nexos con Los Cuellos Blancos. (Perú21)

Desde las épocas de Blanca Nélida Colán, no se recuerda una Fiscalía de la Nación tan masivamente cuestionada como la que, por seis meses, que se hicieron larguísimos, ejerció Pedro Chávarry.

Desde el meticuloso, subrepticio, pero sostenido hostigamiento administrativo a los equipos y el trabajo de los fiscales José Domingo Pérez y Rafael Vela, a cargo del caso Lava Jato y la investigación de los ex presidentes Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Alan García, Pedro Pablo Kuczynski, la ex alcaldesa Susana Villarán y la candidata Keiko Fujimori, hasta los grotescos episodios que rodearon su renuncia, nada de lo que ha dejado su paso por el cargo parece estar exento de alguna irregularidad –que incluso llevó al Colegio de Abogados de Lima a suspenderle la colegiatura– para favorecer determinados intereses, quién sabe si ligados a las agrupaciones políticas que lo “blindaron” en el Congreso, Fuerza Popular y el Partido Aprista, y que seguramente seguirán haciéndolo.

Sin distraernos con el tema Cuellos Blancos, del que tampoco sería tan ajeno, según el testimonio ofrecido por la ex asesora de su despacho, Rosa María Venegas, la delincuencial incursión a las oficinas lacradas en el Ministerio Público, durante la cual se sustrajeron documentos aparentemente comprometedores, fue, según ella, un operativo planificado y dirigido, in situ, por el propio Chávarry; es decir, ya no estaríamos solo ante un alto funcionario bajo sospecha y acusación de entorpecer investigaciones o encubrir a ciertos personajes, sino ante el perpetrador de un delito flagrante, que, para mayor inri, se engalanó, casualidad de casualidades, con la participación de un militante aprista, contratado por su ‘experticia’.

Si la filiación de este asesor tiene que ver con el final de la madeja que los fiscales de Lava Jato están hilando, será cosa que el curso de las investigaciones develará. Por lo pronto, lo urgente es aclarar la naturaleza de la documentación robada y acelerar los procesos contra este personaje, cuya conducta y relación con la ley está más fuera que dentro de ella, y aun así él sigue en la Fiscalía.

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